Pasteles

Presentaciónde la coleccion de pasteles del museo d’Orsay
Edgar Degas
Après le bain, femme nue s'essuyant la nuque (détail), en 1898
Musée d'Orsay
Legs du comte Isaac de Camondo, 1911
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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El museo de Orsay conserva una colección excepcional de cerca de 500 pasteles (467 en 2020). Es una de las más bellas colecciones del mundo, en particular con un fondo de referencia de obras relevantes de Edgar Degas (1834-1917) y de Odilon Redon (1840-1916), artistas que renovaron profundamente el arte del pastel y lo situaron en el centro de su práctica.

Esta colección procede de la del museo del Louvre, trasladada en 1986 al museo de Orsay, ella misma en parte heredera de la del Museo del Luxemburgo. La colección del museo de Orsay se ha ampliado, desde entonces, con numerosas adquisiciones, registradas en un inventario propio desde 2014.

Après le bain, femme nue s'essuyant la nuque (détail) (en 1898), Degas, Edgar
Edgar Degas
Après le bain, femme nue s'essuyant la nuque (détail), en 1898
Musée d'Orsay
Legs du comte Isaac de Camondo, 1911
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Descubierto en el Renacimiento, el pastel fue utilizado en primer lugar para realzar con color estudios previos para pinturas. En el siglo XVIII, se convierte en una forma artística autónoma y se asocia entonces sobre todo con el retrato, ya que es muy adecuado para plasmar las encarnaciones, las telas y la expresión de la mirada y de la vida de los modelos.

En la segunda mitad del siglo XIX, en vínculo con el afán por el siglo XVIII, se observa la renovación del pastel, ampliamente explorado por numerosos dibujantes y pintores. En la frontera entre el dibujo y la pintura, aplicado encima de papel o, en más escasas veces, sobre lienzo preparado, el pastel es una mezcla de pigmento puro en polvo, de una carga mineral y de un aglutinante que permite solidificar el conjunto en un bastoncillo sólido y compacto. Permite trabajar directamente con el color, de una forma mucho más rápida que la pintura al óleo, sin tiempo de secado. Se ofrece a los pintores una amplia gama de tonos deslumbrantes e intensos, listos para el uso.

Volátil, pulverulento, el pastel no se adhiere de forma natural a ninguna superficie y se asocia con frecuencia a un fijador cuya receta depende del artista y sigue siendo un secreto de taller. Fijados o no, los pasteles son particularmente frágiles, no solo para el transporte sino también a la luz. Conservados en las reservas del museo, se presentan por lo tanto por rotación en el marco de muestras y de exposiciones temporales en el museo de Orsay.

Le bouquet de marguerites, Millet Jean-François (1814-1875) peintre,, Millet, Jean-François
Jean-François Millet
Le bouquet de marguerites, vers 1871
Musée d'Orsay
Acquisition sur les arrérages du legs Dol-Lair, 1949
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Jean-Gilles Berizzi
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A finales de la década de 1840, se observa una renovación del pastel, con Jean-François Millet (1814-1875) y Eugène Boudin (1824-1898) que lo emplea para sus innumerables estudios del cielo al aire libre. Millet mostró pocos pasteles en vida y fue solo en 1875 que se revelan al público durante la venta de la colección de Emile Gavet.

Aunque el Estado no fue comprador en esta venta, dos magníficos pasteles procedentes de la colección Gavet entraron posteriormente en las colecciones nacionales mediante legados: La Mujer en el pozo [La Mujer del pozo] (1866-1868, legado de Alfred Chauchard al museo del Louvre en 1906) y Le Bouquet de marguerites [El Ramo de margaritas] (1871-1874). Demuestran la práctica tardía del pastel por Millet, inspirado por el arte flamenco y holandés del siglo XVII y que asocia de forma original el dibujo con lápiz negro y el pastel seco.

Portrait de Mme Manet sur un canapé bleu, Edouard Manet, Manet, Edouard
Edouard Manet
Portrait de Mme Manet sur un canapé bleu, en 1874
Musée d'Orsay
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Jean-Gilles Berizzi
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El museo de Orsay conserva once pasteles de Edouard Manet (1832-1883), que entraron en mayoría gracias a legados de los modelos y al legado de la colección Isaac de Camondo al Louvre en 1908 (Portrait d’Irma Brunner [Retrato de Irma Brunner]), un conjunto excepcional dada la relativa escasez de su producción. El artista empieza a trabajar el pastel en la década de 1870, sin dibujo subyacente, construyendo directamente su tema con el color, encima de lienzos blancos (al contrario de la mayoría de sus contemporáneos que practican el pastel encima de papel). 

Portrait d'Irma Brunner, Manet, Edouard
Edouard Manet
Portrait d'Irma Brunner, vers 1880
Musée d'Orsay
Legs comte Isaac de Camondo, 1911
© RMN-Grand Palais (Musée d'Orsay) / Jean-Gilles Berizzi
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Los retratos al pastel de Manet son de una delicadeza extrema, concisos y vibrantes de luz (retratos de la Señorita Hecht) y sus mujeres en el aseo (Le Tub [El Tub]) oponen su sensualidad y dulzura a la aspereza de los desnudos de Degas. Las tonalidades suaves y aterciopeladas de sus pasteles le aproximan de Eva Gonzales (1849-1883), presente por un pastel (La matinée rose [La mañana rosa]), adquirido por el Estado en 1885 para el museo del Luxemburgo.

, Degas, Edgar
Edgar Degas
Femmes à la terrasse d'un café le soir, en 1877
Musée d'Orsay
1894, legs, Gustave Caillebotte
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La colección de pasteles de Edgar Degas permite tener una aproximación de la evolución y de la variedad de la práctica de la técnica por el artista, desde los estudios para cuadros (Etude pour Sémiramis construisant Babylone [Estudio para Semíramis construyendo Babilonia], donación Senn, 1976) hasta las brillantes «orgías» de color de sus obras tardías (Danseuses en bleu [Bailarinas de azul], donación de la baronesa Eva Gebhard Gourgaud, 1959) pasando por los paisajes de 1869 y de comienzos de la década de 1870, las obras de las exposiciones impresionistas de la década de 1870 (Femmes à la terrasse d’un café le soir [Mujeres en la terraza de un café por la tarde], Les Choristes [Los Coristas]…) y la serie de desnudos de la década de 1880-1890.

La riqueza de la colección está particularmente vinculada con la generosidad de los coleccionistas e incluye varias obras maestras procedentes del legado de la colección de Isaac de Camondo al Louvre en 1908, entre ellas Danseuse au bouquet [Bailarina con ramo], Le Tub [El Tub], Après le bain femme s’essuyant la nuque [Después del baño mujer secándose la nuca], y del legado de Gustave Caillebotte al museo del Luxemburgo en 1894 (L’Etoile o Danseuse sur scène [La Estrella o Bailarina en el escenario], Danseuse assise [Bailarina sentada], Femmes à la terrasse d’un café le soir [Mujeres en la terraza de un café por la tarde]…).

La colección demuestra la extraordinaria ingeniosidad de Degas en la técnica del pastel. Elabora el pastel sobre monotipo (dibujo con tinta grasa imprimida) que proporciona una trama previa en blanco y negro a la obra. Inventa el pastel sobre calco colocado por capas sucesivas, empleando un fijador que permite superponer las capas sin mezclarlas y experimenta procesos para conservar la extraordinaria textura de sus pasteles, su luminosidad y su brillo que el tiempo no ha alterado.

Jeune fille au jardin, Cassatt, Mary
Mary Cassatt
Jeune fille au jardin, entre 1880 et 1882
Musée d'Orsay
Legs Antonin Personnaz, 1937
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Martine Beck-Coppola
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Entre los impresionistas, podemos citar el pequeño conjunto de pasteles de Mary Cassatt, retratos de mujeres y de niños, incluido uno obsequio de la artista al museo del Luxemburgo en 1897. Gustave Caillebotte está representado con tres pasteles incluidos aquellos que entraron en las colecciones en 2019, gracias al legado de Daurelle. Entre los florones del pastel impresionista, mencionemos el retrato de Edma Pontillon por Berthe Morisot, melancólico retrato de la hermana de la artista, el puente de Waterloo en Londres de Claude Monet y algunos magníficos retratos realizados por Auguste Renoir que reanudan con la tradición del siglo XVIII.

La coquille, Redon, Odilon
Odilon Redon
La coquille, en 1912
Musée d'Orsay
Legs de Mme Arï Redon en exécution des volontés de son mari, fils de l'artiste, 1984
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
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Los pasteles de Redon de la colección del museo de Orsay entraron en las colecciones nacionales mediante legados, daciones o donaciones y algunas compras. En 1982, el mayor conjunto, que incluye once pasteles, procede de la donación del fondo del taller del artista por su nuera Suzanne Redon conforme a la voluntad de Arï, hijo de Odilon (Vision sous-marine [Visión submarina], Marie Botkin, La Coquille [La Concha]…)

 

Un parc la nuit, Rippl-Ronai, Jozsef
Jozsef Rippl-Ronai
Un parc la nuit, entre 1892 et 1895
Musée d'Orsay
Don de la société des Amis du Musée d'Orsay, 1994
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
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La colección incluye obras simbolistas, que privilegian la sugerencia a la descripción y hacen del pastel el aditivo ideal del misterio y del sueño. Algunas obras de Lucien Lévy-Dhurmer (1865-1953), procedentes en mayoría de la donación de Zagorowsky al Louvre en 1972, son verdaderos iconos de la colección como Méduse u Vague furieuse [Medusa u Ola furiosa] (1897) y La Sorcière [La Bruja] (1897).

Entre sus contemporáneos cercanos del simbolismo, podemos citar William Degouve de Nuncques cuyo Nocturne au Parc Royal de Bruxelles [Nocturno en el Parque Real de Bruselas] (1897, adquirido por el museo de Orsay en 1982) dialoga con varios pasteles de atmósfera crepuscular o nocturna: Un parc la nuit [Un parque de noche] del húngaro Josef Rippl-Ronai (donación SAMO, 1994), Clair de lune et lumière [Claro de luna y luz] de Léon Spilliaert (1909, donación de la hija del artista en 1981 al museo de Orsay), Le Dernier labeur du jour [La última labor del día] de Giovanni Segantini (1891, comprado en 1979).

Esta dimensión misteriosa y sugerente maravillosamente expresada gracias a la técnica del pastel se encuentra también en las obras del catalán Joan Gonzales (1868-1908), entradas en las colecciones gracias a la donación de su sobrina al museo del Louvre en 1969.

Paysage, Sérusier, Paul
Paul Sérusier
Paysage, en 1912
Musée d'Orsay
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Daniel Arnaudet
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El museo de Orsay también dispone de una colección de referencia de pasteles Nabis, representados por unos cincuenta pasteles de los que más de la mitad son de Edouard Vuillard procedentes en gran parte del legado del artista al museo del Luxemburgo en 1942. Este corpus incluye obras experimentales de una rotunda modernidad, de finales del siglo XIX, desde retratos, paisajes y bodegones de Bonnard y Vuillard de la década de 1920, hasta las grandes composiciones mitológicas de Ker-Xavier Roussel.

 

, Carpentier, Marguerite
Marguerite Carpentier
Marguerite Cahun dans l'appartement du boulevard Raspail, 1910
Musée d'Orsay
Don Sophie Rieuf, 2020
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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De la vena intimista y moderna de los pasteles de Vuillard de comienzos del siglo pasado, forman parte los de Marguerite-Jeanne Carpentier, artista redescubierta recientemente por coleccionistas apasionados (Portrait de Marguerite Cahun [Retrato de Marguerite Cahun], 1910, donación Boyer, 2020).

Amplía el corpus de mujeres artistas, pendiente todavía de ser reforzado (22 pasteles de diez mujeres), que han practicado mucho el pastel, considerado como una técnica «menor», en particular en el género del retrato. Entre ellas, mencionemos la rusa Marie Bashkirtseff (1860-1884) y la suiza Louise Breslau (1856-1927) cuyos retratos al pastel fueron muy pronto adquiridos por el Estado (Bashkirtseff, Portrait de Madame X (Retrato de la Señora X], compra del Estado en 1885 y Breslau, Deux jeunes filles assises sur une banquette [Dos chicas jóvenes sentadas en una banqueta], adquirido en 1897).