Jules Bastien-Lepage (1848-1884)
Acto seguido al fallecimiento de Jules Bastien-Lepage en su taller parisino de la calle Legendre, el 10 de diciembre de 1884, los periódicos del mundo entero señalan la prematura muerte del pintor y su inhumación en el cementerio de la familia de Damvillers, en la Meuse. En los cerca de diez años de actividad, este hijo de modestos agricultores conquistó un eminente lugar en el escenario artístico francés e internacional, pese a haber sido a veces discutido
Aquel que Emile Zola consideraba en 1879 como el "nieto de Courbet y de Millet" y como uno de los tenores del naturalismo, recibió una formación académica en el taller de Alexandre Cabanel. Tras dos fracasos, en 1875 y 1876, al concurso para el Premio de Roma, Bastien-Lepage supo construir una obra original. Acertó mirar hacia los realistas, sus mayores, pero también del lado de sus contemporáneos, defensores de la nueva pintura de la que utiliza los tonos claros y la vibrante pincelada.
Bastien-Lepage dedica principalmente su corta existencia a dos tipos de temas: en primer lugar los retratos, que le valdrán una fiel clientela entre los artistas – de Sarah Bernhardt a Coquelin senior – y en el seno de la burguesía republicana -de Simon Hayem a Léon Gambetta-, y más tarde los temas campesinos, que con frecuencia bosqueja en los lugares de su infancia, seduciendo el público con La Cosecha (1877, museo de Orsay), Temporada de octubre (1878, Melbourne, National Gallery of Victoria), hasta Padre Jacques (1881, Milwaukee Art Center) y a El Amor en el pueblo (1882, Moscú, museo Pouchkine).
Tras el éxito, el artista viaja, en particular a Inglaterra, a Suiza y a Italia, de donde regresa con paisajes pero también con pinturas a medio camino entre los retratos y las escenas costumbristas en las que bosqueja la vida rural y citadina de los niños y de los adolescentes, héroes de su Pequeño recadero endormecido (1882, Tournai, museo de Bellas Artes) o de su Pequeño limpiabotas en Londres (1882, París, museo de Artes decorativas).
Mostrado en varias ocasiones en la Meuse, Jules Bastien-Lepage no ha tenido derecho a ningún acto monográfico parisino desde la exposición del hotel de Chimay, en 1885. Con el fin de reparar este descuido y de participar en los estudios para mejorar el conocimiento de todas las expresiones artísticas de la segunda mitad del siglo XIX, el museo de Orsay, en colaboración con la región natal de Jules Bastien-Lepage, se ha involucrado para reunir la mayor parte de los cuadros más importantes del artista, éxitos de Salones u obras más íntimas, procedentes de las colecciones públicas y privadas de Europa, América y Australia.
Numerosos descubrimientos son relativos a la biografía del artista, la historia y la intención expresada por sus obras, logrando de ahora en adelante abandonar la visión romanticista ofrecida al público por su familia y por sus amigos, tras su precoz desaparición, para elaborar la constatación de su incesante lucha social y del combate estético emprendido.