Fue durante un viaje a París en 1901 cuando realizó este asombroso cuadro, que nunca se expuso, y que podría ser un proyecto para la decoración de una capilla privada. La obra representa a la gran heroína de la Edad Media, Juana de Arco, como una guerrera, con la cabeza descubierta pero con armadura, montando un caballo al galope con bardas y caparazón. En su mano derecha sostiene un gran estandarte con los colores de la República Francesa, en el que también aparece un Sagrado Corazón de Jesús. La presencia inédita de este símbolo en el tricolor es quizás una alusión a la adhesión de los católicos a la República Social a finales de siglo; más tarde se convertiría en el signo de unión de la derecha nacionalista y católica francesa. La aureola que rodea su cabeza debe entenderse también en el contexto de la campaña católica por su beatificación (obtenida en 1909) y canonización (1920).
Aunque a primera vista la elección de este tema resulta cuestionable para un artista del «modernismo» catalán, cabe recordar la inmensa popularidad, tanto en Francia como en el extranjero, de Juana de Arco, que se convirtió en una de las figuras históricas femeninas occidentales más admiradas y representadas a lo largo del siglo XIX. Juana de Arco inspiró a escritores y pintores de todo tipo, fue representada en el teatro y pronto en el cine. El renovado interés por la «Doncella de Orleans» a finales del siglo XIX se corresponde también con el interés de los artistas por la obra de los prerrafaelitas ingleses y las óperas de Wagner, y por sus figuras de caballeros místicos en busca de un ideal con el que se identificaban los simbolistas.
La obra de Gual como pintor es escasa, se limita a los años 1890-1900, y está marcada por la influencia del cloisonismo francés, de Puvis de Chavannes y del Art Nouveau, como puede verse en esta Juana de Arco. La composición dinámica y simplificada, el espacio sin perspectiva y aplanado, los colores vivos y el toque abocetado… plasman los estrechos vínculos existentes entre la práctica de Gual como pintor y sus actividades como ilustrador, cartelista, pintor de decorados teatrales, etc. Como muchos artistas de su generación, Gual quería abolir la jerarquía entre las artes y soñaba con la «obra de arte total» wagneriana.