Niño con máscara es un cuadro particularmente insólito en la obra de Jean-Léon Gérôme (1824-1904). Su singularidad se debe a numerosos aspectos, como su tema, la identidad del modelo, su fecha exacta, el contexto en el que fue creado, etc.. que hacen que siga resultando muy enigmática y ejerciendo un gran poder de fascinación. La obra representa en formato de tondo, el busto y el rostro de un niño pequeño, cuyos ojos miran hacia el espectador. Sobre un fondo azul verdoso oscuro, el niño lleva una prenda holgada verde esmeralda sobre los hombros, y en la cabeza una máscara marrón claro con serpientes y largos cabellos bermellón, sujeta por un fino cordón. En su mano izquierda sostiene el mango y la empuñadura de lo que parece ser una pequeña espada de madera.
¿Se tratará del héroe griego Perseo quien cortó la cabeza de Medusa con su espada? ¿Podría ser el cabello rojo de la máscara una referencia a la sangre derramada por el monstruo de mirada petrificante? Más que una verdadera figura mitológica o un retrato «en disfraz», como estaba de moda en el siglo XVIII, Gérôme nos muestra simplemente a un niño jugando con unos cuantos objetos, dando rienda suelta a su imaginación. La gravedad de la mirada del pequeño y la sencillez de la puesta en escena, el contraste entre la expresión furiosa de la máscara y la placidez del niño, hacen de este cuadro una verdadera meditación sobre nuestra capacidad para creer en los mitos y sobre la inocencia de la infancia.
La obra, sin firmar y nunca expuesta en vida del artista –quizás incluso inacabada–, se mantuvo durante mucho tiempo en el anonimato. Al regalársela el artista a Blanche Goupil, la hermana de su esposa Marie, se mantuvo en la familia durante varias generaciones antes de llegar al mercado del arte en la década de 1990. Raramente expuesta –aparte de la gran exposición retrospectiva Gérôme organizada por el Museo de Orsay en 2010– y poco comentada, aún no se han llevado a cabo investigaciones sobre la obra que, entre otras cosas, permitan identificar quizás al modelo. Como el cuadro se realizó entre 1840 y 1856, no puede tratarse del propio hijo del artista, Jean, nacido en 1865, ni siquiera de su sobrino Pierre, nacido en 1867.
Esta adquisición le permite al Museo de Orsay enriquecer su colección de obras del artista con una asombrosa pintura temprana y una visión muy singular del legado clásico y de la infancia en el siglo XIX.
Autor
- Paul Perrin, Director de Conservación y de las Colecciones del Museo de Orsay