La vida bohemia

La expresión "vida bohemia", empleada para caracterizar un estilo de vida propio de ciertos medios literarios y artísticos, nació bajo la Monarquía de Julio. Su aparición corresponde a un cambio en el estatus del artista reflejando los aspectos que reviste esta mutación.
Al mostrar abiertamente su espíritu de independencia, los artistas dejan de estar protegidos por un mecenas. En contrapartida, deben someterse a las leyes del mercado y "producir" obras destinadas a clientes potenciales. Ahora bien, todo contribuye a oponer a los creadores y a sus clientes: el modo de vida, los centros de interés, los ideales. En ambos lados, se incuban la sospecha y la incomprensión. En este contexto, el término bohemia adquiere un matiz híbrido, designando la existencia de ciertos artistas y literatos que deciden vivir según los caprichos de su fantasía: así nace la expresión "vida bohemia".
Libertad, desdeño de las convenciones y restricciones sociales, comportamiento con aires provocativos... Sin embargo, el espíritu bohemio, que fuera patrimonio del grupo Jeune-France (1831-1833), encabezado por Théophile Gautier y Petrus Borel, tiene su reverso: la enfermedad, la marginalidad y la pobreza.
Balzac declaraba en 1840: "La bohemia no posee nada y vive de lo que tiene. La Esperanza es su religión; la Fe en sí misma, su código; la Caridad parece ser su presupuesto". Henry Mürger, poeta y dramaturgo, célebre por sus Escenas de la vida bohemia, advierte de que "la Bohemia es la etapa de la vida artística: es un preámbulo a la Academia, a la enfermedad o a la morgue".
Algunos artistas obtendrán el reconocimiento tras un período de vida bohemia, entre ellos: Félix Nadar (1821-1899), Robert de Champfleury (1821-1899) y Henry Mürger (1822-1861).