Berthe Morisot au bouquet de violettes

/
Edouard Manet
Berthe Morisot au bouquet de violettes
1872
huile sur toile
H. 55,5 ; L. 40,5 cm.
Achat avec la participation du Fonds du Patrimoine, de la Fondation Meyer, de China Times Group et d'un mécénat coordonné par le quotidien Nikkei, 1998
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Edouard Manet
Berthe Morisot au bouquet de violettes
1872
huile sur toile
H. 55,5 ; L. 40,5 cm.
Achat avec la participation du Fonds du Patrimoine, de la Fondation Meyer, de China Times Group et d'un mécénat coordonné par le quotidien Nikkei, 1998
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Edouard Manet
Berthe Morisot au bouquet de violettes
1872
huile sur toile
H. 55,5 ; L. 40,5 cm.
Achat avec la participation du Fonds du Patrimoine, de la Fondation Meyer, de China Times Group et d'un mécénat coordonné par le quotidien Nikkei, 1998
© GrandPalaisRmn (musée d'Orsay)
Edouard Manet (1832 - 1883)
Rez-de-chaussée, Salle 14
La guerra franco-prusiana y la Comuna marcaron profundamente a Edouard Manet. El artista se quedó en París y sirvió en la guardia nacional, así que su actividad artística fue inevitablemente reducida. A fines del año 1871 vuelve a pintar y a ver a sus antiguas modelos, entre ellas Berthe Morisot, joven pintora a quien lo liga una amistad profunda y que se casará con uno de sus hermanos algunos años después.
Antes que emplear una iluminación homogénea, como suele ocurrir en sus retratos, Manet prefiere proyectar sobre su modelo una luz viva y lateral, tanto así que Berthe Morisot parece estar hecha solo de sombra y luz. En este cuadro, tiene los ojos negros, cuando en realidad eran verdes, y está vestida de negro, sin duda la mejor manera de exaltar esa belleza "española" resaltada desde su primera aparición en la obra de Manet en 1869.Con esta sublime variación sobre el negro, Manet ofrece una nueva prueba de su virtuosidad. Aunque tal vez da una advertencia a su joven discípula recordándole el poder del negro, cuando ella pintaba cada vez más claro y se encaminaba directamente al impresionismo.
Este retrato extraño y fascinante fue considerado rápidamente por sus allegados como una de las obras maestras del pintor. Paul Valéry también lo elogia en 1932, en su prefacio al catálogo de la retrospectiva de la Orangerie. "Yo no pongo nada –escribe– en la obra de Manet por encima de cierto retrato de Berthe Morisot, fechado en 1872".
Reseña Manet
Novedades de la colección