Crépuscule

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Pierre Bonnard
Crépuscule
1892
huile sur toile
H. 130,5 ; L. 162,2 cm.
Don Daniel Wildenstein par l'intermédiaire de la société des Amis du musée d'Orsay, 1985
© RMN-Grand Palais (Musée d'Orsay) / Adrien Didierjean
Pierre Bonnard
Crépuscule
1892
huile sur toile
H. 130,5 ; L. 162,2 cm.
Don Daniel Wildenstein par l'intermédiaire de la société des Amis du musée d'Orsay, 1985
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Pierre Bonnard
Crépuscule
1892
huile sur toile
H. 130,5 ; L. 162,2 cm.
Don Daniel Wildenstein par l'intermédiaire de la société des Amis du musée d'Orsay, 1985
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Pierre Bonnard
Crépuscule
1892
huile sur toile
H. 130,5 ; L. 162,2 cm.
Don Daniel Wildenstein par l'intermédiaire de la société des Amis du musée d'Orsay, 1985
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Pierre Bonnard
Crépuscule
1892
huile sur toile
H. 130,5 ; L. 162,2 cm.
Don Daniel Wildenstein par l'intermédiaire de la société des Amis du musée d'Orsay, 1985
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Pierre Bonnard (1867 - 1947)
Niveau médian, Salle 72
La partida de croquet es una de las primeras obras de Pierre Bonnard, cofundador del grupo de los Nabis en 1888. Fue presentada en 1892 en el salón de los Independientes, bajo el título Crepúsculo. Este cuadro representa el jardín de la residencia familiar, en el Grand-Lemps, en Isère. Podemos reconocer de izquierda a derecha, el padre del pintor, su hermana Andrée, su cuñado, el músico Claude Terrasse, en compañía de una amiga. En el plano de fondo, cinco mujeres jóvenes, vestidas de blanco, bailan un corro endiablado.
El contraste entre el efecto de friso del primer plano y la escena movida del fondo, no es el único atrevimiento del cuadro. La indumentaria con los estampados de cuadros de los jugadores de croquet parece sin espesor, yuxtapuesta como por un efecto de collage con las hojas. El tema de este cuadro es impresionista: Los placeres de un bello verano en el campo. No obstante, Bonnard "el muy japonista Nabi", como le llamaban sus amigos, trata la escena con impastos y ornamentos, inspirado sin lugar a dudas por las estampas japonesas de las que era muy aficionado. El conjunto es el pretexto para declinar toda una gama de matices de verdes, en cuya trama se integran las siluetas blancas.
"Intentábamos ir más allá que los impresionistas, y sus impresiones naturalistas de colores" diría de sus años de juventud. "¡El arte, al fin y al cabo, no es la Naturaleza!".
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