La Femme à l'ombrelle
Aristide Maillol
(1861 -
1944)
Niveau médian,
Salle 72
Alumno de Gérôme y de Cabanel en la Escuela de Bellas Artes, Maillol, antes de convertirse en un escultor famoso, comienza por la pintura. Admira y copia a Puvis de Chavannes y su descubrimiento de Gauguin, con motivo de la exposición del café Volpini en 1889, también fue determinante, para la elaboración de su estilo.
Este retrato de tamaño real se caracteriza por una ausencia voluntaria de profundidad. La mujer joven, de perfil estrictamente recortado por un dibujo vigoroso y flexible, se destaca sobre un fondo de paisaje de frente de mar. La pose, sabiamente calculada le otorga una cierta rigidez, pese al vuelo artificial de los lazos del vestido. La heterogeneidad entre la figura y el fondo indica obviamente que el retrato fue pintado en el taller. Fue añadido a un paisaje simplificado, tratado por superposición de bandas coloreadas. Lejos de las sensaciones del aire libre, buscadas por los impresionistas, Maillol pinta una figura inmóvil, clásica y decorativa. Este personaje visto de perfil, sobre un fondo sin relieve, evoca un tapizado, un arte en el que Maillol también es excelente.
Los colores claros y contrastados participan en el sentimiento de armonía que se desprende del cuadro. El carácter simbólico de esta gran figura inmóvil, a orillas del mar, está no obstante matizado por la descripción minuciosa del rostro, así como por la preocupación de algunos detalles de la indumentaria, como los guantes, la sombrilla y el sombrero.
Entre la alegoría y el retrato fiel, La Mujer con sombrilla está considerada como la obra maestra de la carrera del pintor Maillol.
Este retrato de tamaño real se caracteriza por una ausencia voluntaria de profundidad. La mujer joven, de perfil estrictamente recortado por un dibujo vigoroso y flexible, se destaca sobre un fondo de paisaje de frente de mar. La pose, sabiamente calculada le otorga una cierta rigidez, pese al vuelo artificial de los lazos del vestido. La heterogeneidad entre la figura y el fondo indica obviamente que el retrato fue pintado en el taller. Fue añadido a un paisaje simplificado, tratado por superposición de bandas coloreadas. Lejos de las sensaciones del aire libre, buscadas por los impresionistas, Maillol pinta una figura inmóvil, clásica y decorativa. Este personaje visto de perfil, sobre un fondo sin relieve, evoca un tapizado, un arte en el que Maillol también es excelente.
Los colores claros y contrastados participan en el sentimiento de armonía que se desprende del cuadro. El carácter simbólico de esta gran figura inmóvil, a orillas del mar, está no obstante matizado por la descripción minuciosa del rostro, así como por la preocupación de algunos detalles de la indumentaria, como los guantes, la sombrilla y el sombrero.
Entre la alegoría y el retrato fiel, La Mujer con sombrilla está considerada como la obra maestra de la carrera del pintor Maillol.