Le Ballon
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Pierre Puvis de Chavannes
Le Ballon
1870
huile sur toile
H. 138,5 ; L. 86,0 cm.
Don galerie Acquavella, 1987
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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Pierre Puvis de Chavannes
Le Ballon
1870
huile sur toile
H. 138,5 ; L. 86,0 cm.
Don galerie Acquavella, 1987
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais
/ Patrice Schmidt
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Pierre Puvis de Chavannes
Le Ballon
1870
huile sur toile
H. 138,5 ; L. 86,0 cm.
Don galerie Acquavella, 1987
© droits réservés
Pierre Puvis de Chavannes
(1824 -
1898)
Rez-de-chaussée,
galerie Lille 2
Fue mientras se encontraba en las fortificaciones de París, durante el sitio de la ciudad por las tropas prusianas en 1870, que Puvis tuvo la idea del Globo. Acabado a finales de noviembre, fue inmediatamente difundido mediante una litografía de Emile Vernier, descrito en la prensa y admirado por "espíritus de elite". Estos incitan al artista a realizar un equivalente de La Paloma, pintado a comienzos de 1871 y también difundido mediante una litografía de Vernier.
Conocemos varios dibujos preparatorios y bocetos pintados en color (París, museo Carnavalet). Los grandes cuadros, sin embargo, están pintados en claroscuros ámbar, muy convenientes para los sombríos acontecimientos de los que se inspira su iconografía.
Puvis sabe escapar de la anécdota dramática y pintoresca, tan frecuente en aquella época, y alcanzar un emocionante simbolismo. Las composiciones se responden punto por punto. En El Globo, una mujer armada, vestida simplemente con un austero vestido negro, se gira hacia las alturas del monte Valeriano y acompaña con el gesto al globo que se lleva noticias. En La Paloma, la misma figura de luto, esta vez vista de frente, recoge la paloma viajera que se salva de las garras de uno de esos halcones amaestrados por el enemigo. A lo lejos, la isla de la Cité está soterrada bajo la nieve caída en abundancia durante este duro invierno.
En 1873-1874, ambos cuadros fueron entregados por el artista al gobierno francés para una lotería organizada en Nueva York en beneficio de las víctimas del gran incendio que había destruido Chicago en 1871. Pero a Puvis le pesa después haberse desecho de estas composiciones, por las que sentía un gran afecto. Durante su exposición personal en Durand-Ruel en 1887, incluso muestra sus fotografías para compensar su ausencia.
Conocemos varios dibujos preparatorios y bocetos pintados en color (París, museo Carnavalet). Los grandes cuadros, sin embargo, están pintados en claroscuros ámbar, muy convenientes para los sombríos acontecimientos de los que se inspira su iconografía.
Puvis sabe escapar de la anécdota dramática y pintoresca, tan frecuente en aquella época, y alcanzar un emocionante simbolismo. Las composiciones se responden punto por punto. En El Globo, una mujer armada, vestida simplemente con un austero vestido negro, se gira hacia las alturas del monte Valeriano y acompaña con el gesto al globo que se lleva noticias. En La Paloma, la misma figura de luto, esta vez vista de frente, recoge la paloma viajera que se salva de las garras de uno de esos halcones amaestrados por el enemigo. A lo lejos, la isla de la Cité está soterrada bajo la nieve caída en abundancia durante este duro invierno.
En 1873-1874, ambos cuadros fueron entregados por el artista al gobierno francés para una lotería organizada en Nueva York en beneficio de las víctimas del gran incendio que había destruido Chicago en 1871. Pero a Puvis le pesa después haberse desecho de estas composiciones, por las que sentía un gran afecto. Durante su exposición personal en Durand-Ruel en 1887, incluso muestra sus fotografías para compensar su ausencia.