Le Défilé

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Edgar Degas
Le Défilé
entre 1866 et 1868
huile sur papier marouflé sur toile
H. 46 ; L. 61 cm avec cadre H. 71 ; L. 85 ; EP. 12 cm
Legs comte Isaac de Camondo, 1911
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Edgar Degas
Le Défilé
entre 1866 et 1868
huile sur papier marouflé sur toile
H. 46 ; L. 61 cm avec cadre H. 71 ; L. 85 ; EP. 12 cm
Legs comte Isaac de Camondo, 1911
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Edgar Degas (1834 - 1917)
El tema de las carreras es recurrente en la obra de Degas, que se inspira en la vida cotidiana de sus contemporáneos. Ello le permite tratar el tema tradicional del jinete transponiéndolo a un marco moderno. En efecto, en la segunda mitad del siglo XIX, los hipódromos se convierten en un lugar de vida social muy a la moda. Los burgueses parisienses como Degas comparten allí esta pasión de ocio de origen británico y aristocrático. Degas se siente atraído por las posibilidades que ofrece el tema de estudiar las formas y el movimiento. También está influenciado por diversos artistas ingleses especializados en la pintura de carreras que tienen gran éxito en ese entonces, por las representaciones ecuestres de los maestros antiguos (Uccello, Gozzoli, Van Dyck) o por artistas más contemporáneos como Vernet, Géricault y Meissonier.
El desfile, también llamado Caballos ante las gradas, data de 1866-1868 y es una de las primeras pinturas que realiza sobre ese tema. Degas traduce la atmósfera de un hipódromo donde tan solo el movimiento nervioso del último pura sangre permite percibir la inminencia de la partida. La elección de ese instante, aparentemente banal, manifiesta la voluntad de disminuir la importancia del "tema" en la pintura. Degas da la primacía a la luz y al dibujo: se interesa más en las siluetas de los jinetes y en sus monturas que en la partida de la carrera. Deja de lado voluntariamente ciertos elementos que permitirían identificar el lugar o a los propietarios de los caballos, como el color de las chaquetillas. Los motivos del cuadro en diagonal, los fuertes contrastes de luz y sobre todo las sombras de los caballos, subrayan aun más la perspectiva hasta el punto de fuga situado obviamente al centro, que da realce al último jockey.
Artwork not currently exhibited in the museum
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