L'Olivier

En 1897, Jules Brateau, escultor, orfebre, joyero y alfarero de estaño, entonces en la cima de su arte, expone en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, una serie de cubiletes en estaño que seducen en seguida a la crítica. El modelo El olivo ilustra numerosos artículos dedicados a Jules Brateau y es una de las dos obras elegidas para simbolizar el trabajo del estaño, en la publicación de los informes de los jurados internacionales de la Exposición Universal de 1900. El olivo fue después editado en porcelana, por la manufactura de Sèvres.
Como las suntuosas joyas esculpidas en una simple asta que realiza entonces René Lalique, todo el valor de este cubilete reside en el trazado vigoroso de la decoración y su reparto equilibrado en los lados, así como en la perfecta ejecución de las formas. Tal vez se haya de ver la ilustración de la sentencia que el orfebre ha inscrito maliciosamente en la cinta que nuda el ramo de olivo: Multa Paucis (Con pocos recursos se puede hacer mucho).
Distinguido por numerosos galardones, Brateau fue reconocido a finales del siglo XIX como el maestro que permitió en Francia el renacimiento del arte del estaño, y en particular de la alfarería de estaño. Impulsa un movimiento que seguirá en la orfebrería hasta las creaciones del Art déco.