Sommeil de Caliban
Esclavo salvaje y deforme de Próspero, duque de Milán exiliado en una isla desierta y maléfica, Calibán, hijo de bruja, es una mente insumisa y rebelde, uno de los personajes de La Tempestad de Shakespeare. Este gnomo de grandes orejas se ha dormido al pie de un árbol, el brazo levantado y apoyado en el ancho tronco blanco. Está vigilado por tres pequeños rostros flotantes. La mayor de las cabezas está encerrada en una doble aureola verde y amarilla, la segunda está dotada de pequeñas alas, mientras que la tercera se reduce a una mancha clara. Se trata sin duda de Ariel, espíritu de los aires al servicio de Próspero y de sus ayudantes, que han venido para espiar a Calibán.
El cielo es de un azul intenso, en el que se destacan ramas y hojas, levemente esbozadas, con matices de verde, lila y ocre. El suelo está recorrido por una siembra de colores rojo, azul, verde, lila... flores irreales e informes, como emergidas del sueño de Calibán.
Esta obra rara ilustra el paso de Redon al color, y la trasposición de los temas de sus dibujos al carboncillo, sus Negros, a la pintura. Su afán por la representación del cuerpo humano en fragmentos, se encuentra de nuevo en las cabecitas flotantes. El artista ya había tratado tres veces al carboncillo el tema de Calibán. Pero esta vez, con la poesía y el misterio de sus llamativos colores, Redon reinventa el mundo Shakespeariano, aunque continuando dejándose llevar por el sueño y el imaginario.