Exposición en el museo

Henri Rivière, grabador y litógrafo

Del 20 Junio al 18 Septiembre 1988 -
Museo de Orsay
Mapa e itinerario
Henri Rivière-Madame Rivière sur le balcon de l'appartement du 29, boulevard de Clichy
Henri Rivière
Madame Rivière sur le balcon de l'appartement du 29, boulevard de Clichy, vers 1896
Musée d'Orsay
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
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Extraordinariamente apreciado al otro lado del Atlántico y saludado por todos los especialistas del grabado sobre madera como un maestro sin igual, Henri Rivière (1864-1951) es poco conocido del público francés. Al margen del impresionismo y del japonismo, fue un autodidacta indiferente a las modas, técnico prodigioso e infatigable, ávido de perfección pero modesto y discreto.
Cliente asiduo del cabaré del Chat Noir, frecuentaba a Degas y fue el litógrafo más apreciado del impresor Verneau. Logró reunir una de las más interesantes colecciones parisienses de objetos de Extremo Oriente. Sin embargo, nada de eso tenía importancia a sus ojos, comparado con su incesante meditación poética sobre la naturaleza, el amor por su esposa y su amistad por algunos amigos selectos. Ello justificaba las largas horas que pasaba pintando a la acuarela los paisajes de Bretaña, cuya belleza salvaje sabía expresar. Los colores emotivos de las láminas litografiadas de la "Región Azul de Bretaña" que preparó a su regreso a París, o la elección de las tonalidades suaves y translúcidas de los grabados sobre madera de los "Paisajes bretones" revelan a un artista de sorprendente factura.
En la obra de Rivière, todo respira la simplicidad, la "ingenuidad sublime", la intransigencia del mundo de la infancia, la fe (sin religiosidad) en la naturaleza, fuente eterna de inspiración. Tal vez radique allí el secreto de un artista que vivía fuera de su tiempo, como indiferente al éxito y a las mundanidades.

The exhibition is now over.

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