Jules Bastien-Lepage (1848-1884)

Fallecido con treinta y seis años en la cumbre de su gloria, este ex-alumno de Cabanel, ha marcado la pintura naturalista de una huella indeleble.

Aprobando como primero, en octubre de 1868, en el concurso de entrada de la Escuela de Bellas Artes, se convierte, a partir de 1874, en uno de los pilares del Salón, tras ser galardonado con una medalla de tercero de la clase. Sus retratos y cuadros de figuras, esperados con impaciencia por la crítica, fueron a menudo comentados. Le valen diversas recompensas y varios de entre ellos serán comprados por el Estado.

Bastien-Lepage debe este éxito a una obra personal, reflejo de un notable espíritu de síntesis, ya que si se siente la influencia de su formación, también se encuentran múltiples referencias a los movimientos más innovadores. Desde los años 1870, Bastien-Lepage ha sobre todo reconciliado el realismo campesino y la gran tradición, no sin enfocar su paleta y dinamizar sus enmarcados a la manera de un joven impresionista.

Esta retrospectiva es el motivo de reunir un conjunto ejemplar des sus creaciones y de explicar hoy en día el rol fundamental que sus contemporáneos ya le habían reconocido.