Exposición en el museo
Los orígenes del mundo. La invención de la naturaleza en el siglo XIX.
Del 19 Mayo al 18 Julio 2021
-
Museo de Orsay
Mapa e itinerario
El siglo XIX fue testigo de un desarrollo sin precedentes de las ciencias naturales. Los grandes viajes de exploración revelan la diversidad del mundo y la variedad de las especies vivientes; la geología descubre la antigüedad inimaginable de la tierra y sus transformaciones a lo largo del tiempo; el estudio de los fósiles revela la antigüedad de la vida y la existencia de especies extintas. En 1854, los dinosaurios del Crystal Palace de Londres presentan un prototipo de Parque Jurásico. El descubrimiento del hombre prehistórico propone interrogantes: ¿Cómo representarlo? ¿Quién fue el primer artista?
En la segunda mitad del siglo, Darwin y sus adeptos, como Haeckel en Alemania, investigan los orígenes del hombre, su lugar en la naturaleza, sus vínculos con los animales y su propia animalidad en un mundo que comienza a ser comprendido como un ecosistema. Esta revolución científica, así como los debates públicos que atraviesan el siglo, influyen profundamente a los artistas. La iconografía del mono refleja el pudor ante nuestros ancestros simios y la búsqueda fantasmática del "eslabón perdido".
La estética simbolista de la metamorfosis está poblada por monstruos e híbridos, centauros, minotauros, sirenas y otras quimeras. Con Kunstformen der Natur de Haeckel, la naturaleza se convierte en arte. El mundo infinitamente pequeño, la botánica y las profundidades del océano inspiran las artes, especialmente las artes decorativas. El Art Nouveau y el simbolismo dan testimonio de una fascinación por los orígenes de la vida, la ontogenia y la filogenia: las formas unicelulares, los animales marinos o embrionarios se insinúan en universos indefinidos, en los secretos de la maternidad.
El Museo de Orsay dedica por primera vez una exposición al encuentro entre las ciencias y el arte, en colaboración con el Museo Nacional de Historia Natural, centrada en los temas de este cuestionamiento y que refleja los principales hitos de los descubrimientos científicos con sus paralelismos en el imaginario.
En la segunda mitad del siglo, Darwin y sus adeptos, como Haeckel en Alemania, investigan los orígenes del hombre, su lugar en la naturaleza, sus vínculos con los animales y su propia animalidad en un mundo que comienza a ser comprendido como un ecosistema. Esta revolución científica, así como los debates públicos que atraviesan el siglo, influyen profundamente a los artistas. La iconografía del mono refleja el pudor ante nuestros ancestros simios y la búsqueda fantasmática del "eslabón perdido".
La estética simbolista de la metamorfosis está poblada por monstruos e híbridos, centauros, minotauros, sirenas y otras quimeras. Con Kunstformen der Natur de Haeckel, la naturaleza se convierte en arte. El mundo infinitamente pequeño, la botánica y las profundidades del océano inspiran las artes, especialmente las artes decorativas. El Art Nouveau y el simbolismo dan testimonio de una fascinación por los orígenes de la vida, la ontogenia y la filogenia: las formas unicelulares, los animales marinos o embrionarios se insinúan en universos indefinidos, en los secretos de la maternidad.
El Museo de Orsay dedica por primera vez una exposición al encuentro entre las ciencias y el arte, en colaboración con el Museo Nacional de Historia Natural, centrada en los temas de este cuestionamiento y que refleja los principales hitos de los descubrimientos científicos con sus paralelismos en el imaginario.
The exhibition is now over.
See the whole program