Courbet y la Comuna
Le taureau, G. Courbet, N°4 dans la série Les signes du zodiaque, 26 juin 1871
Paris, musée Carnavalet
© Paris, musée Carnavalet
En 1870, Gustave Courbet se encuentra en el apogeo de su gloria. Siete años después, el artista morirá en el olvido, desposeído y exilado. Entre estas dos fechas, habrá vivido una de las crisis más apasionadas y violentas de la historia francesa, la Comuna de París.
Hasta hoy, este episodio determinante en la vida y en la carrera del pintor no había sido objeto de ninguna exposición. Al reunir más de un centenar de documentos y de obras en torno a este tema, esta manifestación se propone estudiar el papel del artista en la historia política y cultural de la Comuna, así como la evolución de su obra en el mismo periodo.
Saint-Denis, musée d'Art et d'Histoire
© Saint-Denis, musée d'Art et d'Histoire
Pese a ser un testigo sensible de su época, Courbet no se había comprometido completamente en la historia hasta este momento. Para entender su participación en la Comuna, hay que recordar primero el choque que representa la derrota francesa frente a Prusia en 1870. En lugar de huir de París, Courbet se implica entonces en una resistencia enérgica e idealista. Cuando se proclama la República, se convierte en presidente de la Comisión de Artes y se esfuerza por preservar los museos parisinos. Pero, para su desgracia, exhorta al gobierno de Defensa nacional a "derribar" la columna Vendôme, símbolo napoleónico por excelencia. En febrero de 1871, Courbet se presenta a las elecciones legislativas, en las que poco le falta para ser elegido. Cuando se forma la Comuna en marzo de 1871, adhiere con un entusiasmo sincero y una fe militante. Es elegido en el Consejo de la Comuna, delegado a la Instrucción Pública y presidente de la Federación de Artistas, que sucedía a la Comisión de Artes.
No obstante, su sueño de una fraternidad artística y pacifista llega a su fin con los desbordes sanguinarios del final de la Comuna. Courbet es arrestado, procesado en consejo de guerra y condenado a seis meses de prisión, pena que purga en Versalles, París, en la prisión de Sainte-Pélagie, y en Neuilly, en la clínica del doctor Duval, cuando enferma. Así empieza una lenta caída, aunque el único motivo de acusación contra él es que "se ha hecho cómplice, por abuso de autoridad," de la destrucción de la columna Vendôme, cuya demolición había sugerido seis meses antes del inicio de la Comuna.
Pommes rouges au pied d'un arbre dit aussi Nature morte aux pommes, 1871-1872
Munich, Bayerische Staatsgemäldesammlungen
© Bayerische Staatsgemäldesammlungen
Más allá de la evocación de la figura de un artista comprometido en la acción política y atrapado en las redes de la historia, la exposición presenta algunas obras principales del artista, de la prisión al exilio. Los ecos de los acontecimientos, vividos de manera tan intensa y directa, son paradójicos y conmovedores.
La truite, 1872
Zurich, Kunsthaus
© Zurich Kunsthaus
Absorbido por la acción, habiendo creado sin duda poco durante las breves semanas de la Comuna, Courbet reacciona como pintor a posteriori. Entonces condena con vehemencia su encarcelamiento (Retrato del artista en Sainte-Pélagie, Ornans, museo Courbet), pero sobre todo recobra su exaltación lírica y carnal de la naturaleza con un maravillosa serie de bodegones.Algunos, como por ejemplo, la Trucha (Zurich, Kunsthaus), están cargados de una dimensión autobiográfica indudable. Este cuadro con la inscripción latina In Vinculis Faciebat (Hecho en los vínculos) muestra a un animal herido, debatiéndose entre la vida y la muerte, que hay que interpretar como un autorretrato alegórico. Con ocasión de la exposición, se han reunido excepcionalmente y por primera vez los tres cuadros que Courbet dedicó a este tema, conservados en Zurich, Berna y París. La exposición también presenta algunos de los mejores bodegones de frutas o de flores pintados por el artista en la prisión y ulteriormente, como Pommes rouges au pied d'un arbre (Munich, Bayerische Staatsgemäldesammlungen), rechazado en el Salón de 1872 debido a la participación de Courbet en la Comuna, e igualmente algunos cuadros conservados en Boston, Filadelfia, Amsterdam, La Haya, Copenhague... La neutralidad de estos temas sólo es aparente, ya que se desprende el silencio ensordecedor de un artista con vida destrozada por la historia.