¿Dolce Vita? Del Liberty al diseño italiano (1900-1940)
¿Dolce Vita?
¿Dolce Vita?
Psyché, 1902
Paris, musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Este itinerario creativo amplio, complejo y profundamente nutrido de entusiasmo, se desarrolló en un contexto histórico de lo más sombrío y difícil, que acabará por conocer el trágico desenlace del régimen musoliniano.
Por este motivo, es necesario interrogarse sobre el valor de esta experiencia, y lo hacemos a partir del título de esta exposición. ¿Cómo puede existir una creatividad excepcional, en una nación que se precipita hacia la catástrofe? ¿Ha visto pues el día una “dolce vita”, antes de que Federico Fellini hiciera famosa esta expresión, en la década de los sesenta?
Las artes decorativas de esta época, desde los excéntricos muebles de Carlo Bugatti hasta las sorprendentes sillas rojas de Marcello Piacentini, pasando por los objetos extravagantes de los Futuristas, evocan una alegre creatividad, una capacidad de invención sin límites, pero sobre todo definen este carácter italiano que distingue todavía en la actualidad el diseñodesign, la moda y el arte.
La temporada del Liberty
La temporada del Liberty
Guéridon circulaire, vers 1900
Paris, musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / DR
En Italia, nación unificada desde hace poco (1861), el Art Nouveau adopta del nombre de Liberty. A comienzos del siglo XX, las desigualdades económicas y culturales, entre las diferentes regiones, están todavía muy marcadas. En el Norte del país, donde la industrialización se desarrolla y la burguesía afirma su poder, artistas y artesanos se confrontan a la modernidad.
En un clima de optimismo propiciado por el acceso al poder del liberal Giolitti, se inaugura en Turín la primera Exposición Internacional de las Artes Decorativas Modernas, en 1902. Carlo Bugatti presenta muebles cubiertos de pergamino, con formas fantásticas y zoomorfas; Eugenio Quarti se distingue por la ligereza de su mobiliario incrustado de hilos metálicos y nácar; el ferretero Alessandro Mazzucotelli expone obras inspiradas por la naturaleza.
L'amore alla fonte della vita (L'amour aux sources de la vie), 1896
Milano, Galleria d'Arte Moderna, Inv. GAM 7597
© Galleria d'Arte Moderna Milano
Entre los representantes de las diversas disciplinas artísticas existen numerosos vínculos: el pintor Giovanni Segantini, cuñado de Bugatti, es una de las relevantes figuras del divisionismo, una corriente que se afirma en la década de 1890. Como Gaetano Previati y Giuseppe Pellizza Da Volpedo, utiliza este nuevo procedimiento para representar temas inspirados por el simbolismo internacional, con a menudo ciertas preocupaciones sociales.
Identidades regionales marcadas
Identidades regionales marcadas
Le Mille e una notte (Les Mille et une nuits), vers 1914
Musée d'Orsay
© Musée d'Orsay / Sophie Crépy
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En Italia, las regiones tienen cada una fuertes identidades, que generan talentos y estilos originales, con frecuencia inspirados por las distintas tradiciones locales.
Debido a su posición geográfica, Venecia siempre ha sido una encrucijada de culturas. A partir de 1895, recibe la Bienal de Arte, uno de los primeros grandes actos en reunir las creaciones internacionales. El arte del vidrio, practicado en la isla de Murano, es una especialidad local desde hace siglos.
Fue como maestro vidriero que Vittorio Zecchin empezó, en la década de 1910, su actividad de artista-artesano. Personalidad ecléctica, se dedica no solo a la pintura, sino también a la creación de muebles, tapicerías, mosaicos, en un estilo fabuloso que mezcla inspiraciones bizantinas e influencias de la Secesión vienesa. En 1914, realiza para el hotel Terminus un suntuoso ciclo decorativo sobre el tema de las Mil y Una Noches, considerado como la obra maestra del Liberty veneciano.
Vaso a penne di pavone e piccole sfere (Vase à plûmes de paon et petites sphères), vers 1910
Bottegone (Pistoia), collection particulière
© DR
En Florencia, el pintor y ceramista Galileo Chini, aunque influenciado por el Renacimiento, desarrolla un estilo Liberty autónomo y original, a través de formas y de técnicas innovadoras.
En Faenza, Domenico Baccarini aporta a este nuevo lenguaje un toque poético en sus creaciones en loza.
A comienzos del siglo, Roma es una capital tradicionalista, cerrada detrás de sus murallas, más allá de las que se extiende un campo todavía preservado que los artistas exploran, inspirándose de la naturaleza. Duilio Cambellotti y su alumno Alberto Gerardi transforman este paisaje ancestral poblado de búfalos, borregos y pastores, en objetos modernos.
El arquitecto siciliano Ernesto Basile, junto con el ebanista Vittorio Ducrot, recupera la herencia árabe-normanda de su isla, para mezclarla con el Art Nouveau internacional.
Reconstrucción futurista del universo
Reconstrucción futurista del universo
Visioni simultanee (Visions simultanées), 1912
Wuppertal, Von der Heydt-Museum
© Medienzentrum Wuppertal / antje zeis-loi
Movimiento de vanguardia fundado por el poeta Filippo Tommaso Marinetti en 1909, el Futurismo se opone al “paseismo” de la cultura burguesa, de las academias y de los museos. Se hace el intérprete del deseo de renovación extendido entre los jóvenes artistas y propone una nueva estética basada en la apología del progreso y de la velocidad.
Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Gino Severini responden al llamamiento de Marinetti: en febrero de 1910 firman el Manifiesto de los pintores futuristas y, en el siguiente mes de abril, el Manifiesto técnico. Estos artistas expresan en su pintura la voluntad de “plasmar y de magnificar” los “milagros de la vida contemporánea”, de representar “la sensación dinámica” de las ciudades en perpetua evolución.
El dinamismo es la esencia de esta nueva pintura: ya no se trata de captar un instante de vida, sino “la eterna velocidad omnipresente”. Esto da lugar a un lenguaje revolucionario que, a través de la “simultaneidad de la visión” expresada mediante una compenetración de colores y formas, entiende “radicar al espectador en el centro del cuadro”.
Cavalcata Fantastica (Chevauchée fantastique), 1920
Genève, collection particulière
© ADAGP, Paris 2015 © Photo Vitorio Calore
“Nosotros futuristas, Balla y Depero, queremos realizar esta fusión total para reconstruir el universo, infundiéndole la alegría, es decir recreándolo por completo: fue con estas palabras que Balla y Depero lanzan en marzo de 1915 el manifiesto Reconstrucción futurista del universo, inaugurando el segundo periodo del futurismo que durará hasta comienzos de la década de 1940. La estética futurista se extiende entonces a todos los ámbitos del arte y de la vida.
En Roma, la casa en la que vive y trabaja Balla constituye un ejemplo elocuente de esta concepción: todo en ella está en venta, desde los manteles hasta las lámparas. Su comedor, diseñado en 1918 y realizado en madera pobre, presenta formas excéntricas, dinámicas, coloridas. En Rovereto, Depero abre su Casa del Mago en la que crea tapicerías, carteles publicitarios, juguetes que evocan una humanidad mecánica imaginaria. Siguiendo su ejemplo, numerosos futuristas abren en la década de 1920 “casas de arte” en distintas ciudades italianas.
Metafísica, un sueño disfrazado de la Antigüedad
Metafísica, un sueño disfrazado de la Antigüedad
Mobili nella valle (Meubles dans la vallée), 1927
Mart, Museo di arte moderna e contemporanea di Trento e Rovereto ?R collection LF"
MART
© ADAGP, Paris 2015 © MART ?R Emanuele Tonoli" / emanuele tonoli
En 1917, Giorgio de Chirico, pintor de origen griego, ajeno al mundo de
las vanguardias, conoce a Filippo de Pisis y Carlo Carrà en el hospital militar de Ferrare. Así es como nace, en pleno conflicto mundial, la corriente Metafísica, “un sueño disfrazado de la Antigüedad”, como lo define el crítico Fritz Neugass. Giorgio Morandi participa en él durante un tiempo.
Con la Metafísica, la pintura italiana reanuda el diálogo con el arte clásico, que verá el apogeo de su desarrollo en la década de 1920; las referencias al mito clásico, ya presentes en los cuadros que, a partir de los años 1910, prefiguran esta nueva poética (como L'ennemie du poète [La enemiga del poeta]), constituyen el elemento central de la obra de ambos “Dioscuros”, los hermanos Giorgio y Andrea de Chirico (conocido bajo el pseudónimo de Alberto Savinio).
Natura morta (metafisica) (Nature morte (métaphysique)), 1918
Parme, Fondazione Magnani Rocca
© ADAGP, Paris 2015 © Fondazione Magnani Rocca, Parma (Italie) ?R Foto Amoretti"
El mito clásico se reelabora mediante representaciones que exploran el sentido oculto y profundo de las cosas, a través de asociaciones inesperadas, encuentros poéticos entre objetos sin vínculo lógico entre ellos: bustos, yesos, vestigios de la Antigüedad cohabitan con objetos del día a día, en una extraña continuidad.
Aunque la Metafísica sea una corriente exclusivamente pictórica, una sensibilidad similar se desarrolla en el mismo momento en las Artes Decorativas. Las cerámicas de Gio Ponti se caracterizan por una visión encantada, en la encrucijada entre inspiración clásica y gusto Deco, mientras que una sensación de cambio de aires emana de las sorprendentes e irónicas creaciones en vidrio de Buzzi y Martinuzzi, para Venini.
En 1918, Felice Casorati acaba de instalarse en Turín. El industrial Riccardo Gualino, coleccionista y mecenas, le confía, en 1924, la ordenación de su casa y la realización de un pequeño teatro.
Casorati también diseña muebles, para su propia casa: realizados en madera pulida negra, con líneas depuradas y desprovistas de cualquier ornamentación, contribuyen a crear la atmósfera estática y atemporal que encontramos en sus cuadros. En adelanto con su tiempo, participan en una simplificación de las formas que se inspira de la lección de los maestros primitivos del Trecento y Quattrocento italiano.
Novecento, un clasicismo moderno
Novecento, un clasicismo moderno
Silvana Cenni, 1922
Turin, collection particulière
© ADAGP, Paris 2015 © Photo Pino Dell'Aquila
A partir de la mitad de la década de 1910, numerosos artistas, en oposición con los lenguajes de las vanguardias, redescubren los valores de la tradición y la lección de los maestros antiguos, de Giotto a Piero della Francesca.
El cuadro de Felice Casorati, Silvana Cenni, es un elocuente manifiesto de este “regreso a la orden” que se generaliza por toda Europa.
En 1922, nace el movimiento Novecento Italiano, apoyado por la influyente crítica de arte Margherita Sarfatti. Los pintores Sironi, Funi y Oppi, de los primeros en integrar esta corriente, se orientan hacia el pasado para crear un “clasicismo moderno” basado en la pureza de las formas y la armonía de la composición.
El arquitecto Gio Ponti es la figura relevante de las Artes Decorativas, y en la década de 1920, reinterpreta modelos arcaicos como la urna y la cista, para la manufactura de porcelana Richard-Ginori; además, inventa centenares de motivos decorativos que revisitan la mitología clásica de forma humorística.
En Murano, Paolo Venini confía la dirección de su cristalería a artistas y arquitectos como Zecchin, Martinuzzi y Scarpa. Crean formas puras, de inspiración clásica, pero también técnicas de fabricación inéditas.
Amfora pulegosa (Amphore "pulegosa"), 1925-1927
Gardone Riviera, Fondazione Il Vittoriale degli Italiani
© DR © Fondazione Il Vittoriale degli Italiani, fotografia di Augusto Rizza
Adquirida a la corriente Novecento, condenada a convertirse en el arte “oficial” del régimen fascista, la producción de muebles se caracteriza por formas sólidas y simplificadas (como en el mobiliario de Portaluppi para la familia Corbellini), adoptando a veces acentos grandilocuentes.
De forma paralela al lenguaje “sólido, concreto y definitivo” del Novecento, la década de 1920 ve desarrollarse el Realismo mágico, una corriente que propone una interpretación original del clima de regreso al clasicismo. La profunda inquietud de la mirada contemporánea reidea las lecciones de los maestros del Quattrocento, creando, como lo escribe Massimo Bontempelli, “una atmósfera de estupor lúcida (...) una especie de nueva dimensión en la que se proyecta nuestra vida”.
Entre los principales representantes de esta corriente, encontramos Felice Casorati y Antonio Donghi, autor de escenas burguesas sumergidas en una dimensión estática y extraña.
Abstracción y racionalismo, hacia el diseño industrial
Abstracción y racionalismo, hacia el diseño industrial
Mobile radio, 1938
Milan, Fondazione Franco Albini
© DR © Fondazione Franco Albini, www.fondazionefrancoalbini.com
En 1926, un grupo de jóvenes arquitectos lombardos (incluido Giuseppe Terragni) adquiridos a las teorías de Gropius y de Le Corbusier, según los que las formas de los edificios y de los objetos usuales están determinadas por su función, funda el “Gruppo 7”, naciendo así el movimiento racionalista italiano. Muy pronto, arquitectos de toda Italia se adhieren a esta nueva corriente.
Realizan muebles con formas depuradas, desprovistas de ornamentación; utilizan nuevos materiales, como los tubos metálicos, integran el mundo de las artes al de la industria y de la producción en serie.
Lampe "Bilia", 1931
Corsico, FontanaArte
© DR © FontanaArte
En Como, Terragni diseña un monumento, símbolo del movimiento moderno: la Casa del Fascio (“Casa del fascismo”); los artistas abstractos Manlio Rho y Mario Radice colaboran en su decoración. Así mismo, el arte abstracto y la arquitectura racionalista proporcionan las bases del diseño industrial naciente.
Entre los ejemplos más significativos de este periodo de transición, encontramos objetos innovadores como el Mueble radio de Franco Albini y la Lámpara “Bilia” de Gio Ponti, diseñada en 1931, pero puesta en producción muchos años después, porque considerada demasiado vanguardista.