Accrochage

La fotografía en el viraje decisivo del siglo: del pictorialismo a Eugène Atget

Del 15 Julio al 19 Octubre 2003
Pierre Bonnard -Modèle retirant sa blouse dans l'atelier parisien de Bonnard
Pierre Bonnard
Modèle retirant sa blouse dans l'atelier parisien de Bonnard, vers 1916
Musée d'Orsay
1985, acquis par les Musées nationaux (comité du 13/12/1985)
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La fotografía de fines del XIX
La simplificación de la técnica es el elemento determinante del cambio radical que ocurre en la práctica de la fotografía a fines del siglo XIX.
La puesta a punto de las placas al colodión seco para los negativos, a partir de 1871, seguida de la aparición de las placas al gelatino-bromuro de plata y del papel aristotipo para las impresiones, que se comercializan listos para usar, marcan las primeras etapas de esta transformación.

Paul Haviland-Femme nue ouvrant une porte (Florence Peterson)
Paul Burty Haviland
Femme nue ouvrant une porte (Florence Peterson), entre 1909 et 1910
Musée d'Orsay
© photo musée d'Orsay / RMN / DR
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Alrededor de 1888, se introducen en el mercado las cámaras fotográficas pequeñas que caben en la mano (siendo la más célebre la Kodak), con un rollo de película, después viene la placa autocroma, también comercializada lista para usar. Desde entonces, la fotografía es asequible a un millón de aficionados que ya no necesitan dedicar tanto tiempo y energía a este pasatiempo, como ocurría antes, puesto que el conocimiento de la técnica ha dejado de ser indispensable.
Las películas flexibles sobre gelatina de los aparatos portátiles son aun más fotosensibles que los negativos de vidrio y permiten realizar en el exterior auténticas instantáneas, en una cuarentava fracción de segundo. Estas nuevas posibilidades ofrecidas por la técnica, sin olvidar la movilidad de la cámara que permite adoptar los puntos de vista más diversos, van a dar lugar a una nueva estética de la instantánea, que es una de las características de la fotografía en el umbral del siglo XX.

Edgar Degas-Hortense Howland
Edgar Degas, Delphine Tasset, Guillaume Charles Tasset
Hortense Howland, en 1895
Musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Diferentes tipos de aficionados
Henri Lemoine fue el prototipo de esos fotógrafos de domingo. Los centenares de clichés adquiridos de sus descendientes muestran al espectador curioso de la vida de su época. Muchos aficionados en el cambio del siglo fueron artistas, pintores, escultores, grabadores. Antes, los artistas interesados en la fotografía recurrían a un asistente intermediario, por falta de tiempo, para fijar sus puestas en escena. De ahora en adelante, ellos mismos toman su clichés.

Henri Rivière-La tour Eiffel - Trois ouvriers et quatre visiteurs sur la dernière plate-forme
Henri Rivière
La tour Eiffel - Trois ouvriers et quatre visiteurs sur la dernière plate-forme, 1889
Musée d'Orsay
Don Henriette Guy-Loé et Geneviève Noufflard, 1986
© Musée d'Orsay, dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Félix Thioller, que fue "anticuario" y no artista, amigo de numerosos pintores, da prueba de una gran originalidad en los temas que escoge y en la manera de tratarlos. El pintor Emile Bernard y el escultor François Rupert Carabin emplean una técnica tradicional, con una visión que no lo es menos. Con esta misma técnica, Edgar Degas, de quien presentamos el Retrato de Hortense Howland, recientemente adquirido, compone sabiamente sus efigies y su iluminación.
En cambio, los nabis Pierre Bonnard y Edouard Vuillard, que pintaban en la década de 1890 escenas inspiradas principalmente en las estampas japonesas, adoptan naturalmente esta nueva perspectiva plana, descentrada, esas figuras cortadas características de la visión instantánea. El grabador Henri Rivière que fue el primero en Europa en utilizar el grabado sobre madera a la manera de los japoneses, no es menos inventivo en sus instantáneas parisinas.

Adolphe de Meyer-La danseuse Ruth Saint Denis
Adolphe de (baron) Meyer
La danseuse Ruth Saint Denis, entre 1906 et 1909
Musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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El movimiento pictorialista
Se trata de un movimiento nacido en Europa, más precisamente en Inglaterra con fotógrafos como Henry Peech Robinson, Oscar Rejlander y sobre todo Peter Henry Emerson, que aspiran a ejercer la fotografía como un arte.
Todos ellos son aficionados que no pretenden comercializar sus fotografías, no obstante, son técnicos experimentados, como todos aquellos que siguen sus pasos de cerca: el vienés Heinrich Kuehn, el alemán Adolf de Meyer y los franceses Robert Demachy y Constant Puyo.
Todos, salvo Emerson, utilizan una cámara portátil, amplían sus pruebas y con frecuencia las retocan con goma bicromatada para darles un aspecto pictórico.

Clarence Hudson White-Jeune fille couchée dans sa chambre
Clarence Hudson White
Jeune fille couchée dans sa chambre, vers 1900
Musée d'Orsay
photo musée d'Orsay / rmn © photo musée d'Orsay / rmn / DR
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La consigna de estos fotógrafos era huir de la realidad documental y, en consecuencia, adoptar un enfoque ligeramente borroso. Sus imágenes a menudo tuvieron una inspiración simbolista.
En América, el pictorialismo da lugar a una profusa creación de fotógrafos tales como Alfred Stieglitz, Edward Steichen, Clarence Hudson White, que forman el grupo "Photo Secession" creado en 1902. Sus pruebas, publicadas en la revista Camera Work, son un testimonio de la calidad de los procedimientos de reproducción fotomecánica (huecograbado, similigrabado) de la época que desempeñarían un papel importante en la difusión de la fotografía pictorialista.

Eugène Atget -Rue de la Parcheminerie, March 1913
Eugène Atget
Rue de la Parcheminerie, March 1913, entre 1913 et 1927
Musée d'Orsay
droit réservé - photo musée d'Orsay / rmn / DR
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Una fotografía aparte: Eugène Atget
Después de haber ejercido la profesión de actor, Atget se dedica a la pintura y más tarde a la fotografía. La practicaba como un artesano, centrado más en la manera de concebir su trabajo que en la técnica, bastante banal (utilizaba placas de vidrio y diversos tipos de papeles para sus impresiones, nada excepcional). No trabajaba por encargo, sin embargo, consiguió hacerse de una clientela regular de ilustradores, de historiadores de la arquitectura, de artistas y de colecciones públicas (museos y bibliotecas).
Lo que fascina en él, en primer lugar, es su proyecto: reproducir completamente el viejo París y sus alrededores. Se dedica a ello sistemáticamente, fotografiando las calles desde distintos ángulos (véanse las diversas vistas de la rue de la Parcheminerie, procedentes de un álbum destinado al barrio de la iglesia Saint Séverin). Para los hoteles (Hotel Le Charron), procede en distintas etapas, del conjunto al detalle, de la fachada al patio, de la puerta a la aldaba, de las escaleras, cuya rampa detalla, a los espacios interiores, a los diseños de las revestimientos de madera, etc. Junto con este plan grandioso, posee una visión totalmente personal, en perfecta empatía con su tema, tal como Marville antes que él, pero renovando la construcción de las tomas de imagen, con un objetivo de distancia focal corta que permite una apertura de los espacios y un punto de vista sistemáticamente elevado.
Aunque los fotógrafos pictorialistas han dado nacimiento a algunas grandes obras maestras y aunque algunos de ellos, en América, se convertirán en creadores después de la guerra, en el viraje decisivo del siglo, es finalmente un fotógrafo "documental" a quien los surrealistas, un gran conocedor del arte moderno como el galerista de Nueva York, Julien Lévy y el fotógrafo Walker Evans, considerarán como la referencia del siglo XX.