Exposition au musée

Retratos de Cézanne

Del 13 Junio al 24 Septiembre 2017
Paul Cézanne-Portrait de Paul Cézanne
Paul Cézanne
Portrait de Paul Cézanne, 1862-1864
New York, collection particulière
© Collection particulière. Droits réservés

Retratos de Cézanne
"La lectura del modelo y su realización es a veces muy lenta para el artista", confiesa Cézanne al final de su vida. El pintor se dedicó cotidianamente, a lo largo de su carrera, a realizar retratos de familiares, de desconocidos y, con menor frecuencia, de personalidades del mundo del arte.
En varias ocasiones, se utiliza a sí mismo como modelo. Comparada con sus bodegones, sus bañistas y sus paisajes, su incursión en el arte del retrato ha sido menos estudiada y comprendida, y ha sido asimilada a un enfoque general cuyo objetivo puramente artístico era el despliegue de una "armonía paralela a la naturaleza".

Paul Cézanne-Madame Cézanne en bleu
Paul Cézanne
Madame Cézanne en bleu, 1888-1890
Houston, The Museum of Fine Arts
The Robert Lee Blaffer Memorial Collection, don de Sarah Campbell Blaffer
© The Museum of Fine Arts, Houston, Thomas R. DuBrock, Photographer

Es cierto que los retratos de Cézanne reflejan la evolución rica y compleja de un artista que posee una originalidad y una independencia inéditas desde el comienzo de su carrera.
Sin embargo, en estos rostros se descubren, al margen de cuestiones de forma, momentos personales de la vida del artista, incluso confesiones íntimas: la complejidad de su relación con su compañera y esposa, que posa durante varios años para él, o su proyección en las representaciones de campesinos ancianos que revelan, independientemente de sus consideraciones intelectuales, un apego a la tierra y en consecuencia, a la materialidad más trivial de su arte.

Paul Cézanne-Louis-Auguste Cézanne, père de l'artiste, lisant L'Evénement
Paul Cézanne
Louis-Auguste Cézanne, père de l'artiste, lisant L'Evénement, 1866
Washington, D.C., National Gallery of Art
Collection de Mr. et Mrs. Paul Mellon, 1970.5.1
© Courtesy National Gallery of Art, Washington, NGA Images

Primeras obras, primeros retratos
A pesar de que, entre los mil cuadros pintados por Cézanne, apenas contamos doscientos retratos, es a través de la representación de sí mismo que el artista comienza su carrera.
La originalidad que caracteriza sus comienzos surge con virulencia en los primeros retratos, ya sea en el uso de la pintura en todo su espesor o en la esquematización, muy eficaz, de los rostros.
Sin embargo, esta originalidad no es fruto del trabajo de un autodidacta: Cézanne frecuenta asiduamente los museos, realiza varios cursos y se introduce en los círculos de la vanguardia parisina a finales de la década de 1860.
El rechazo del retrato de Achille Emperaire en el Salón de 1870 no debe sorprendernos, ya que Cézanne rechaza las reglas ancestrales del arte del retrato, que aún se practican a finales del Segundo Imperio.
En el comienzo de su carrera, el retrato es indudablemente el género con el cual más progresa Cézanne en un itinerario estético sin igual, que le confiere una reputación de artista fuera de norma y que sólo terminará varias décadas más tarde.

Paul Cézanne-L'Homme au bonnet de coton (L'Oncle Dominique)
Paul Cézanne
L'Homme au bonnet de coton (L'Oncle Dominique), vers 1866
New York, The Metropolitan Museum of Art
Wolfe Fund, 1951, acquis auprès du Museum of Modern Art, Lillie P. Bliss Collection
© Image courtesy of The Metropolitan Museum of Art, New York

El retrato intenso
En 1866, Cézanne inicia una serie de retratos de su tío materno Dominique Aubert: la radicalidad aún mayor de su uso de la pintura aplicada en empaste, con bordes marcados dando forma al rostro al igual que las modulaciones de color, es un verdadero punto de inflexión en su carrera.
Este periodo de creación, que Cézanne califica retrospectivamente como "trasgresor", revela su importancia en el proceso de construcción del motivo a partir de la pintura.
Utilizando sin moderación el cuchillo de paleta para estructura el rostro mediante combinaciones de tonos negros y claros en diferentes capas, este episodio es de una audacia que sólo será comprendida varios años más tarde.
A pesar de su relativa moderación y alineamiento con la tradición, el retrato de Valabrègue, que procede a esta iniciativa brutal, será rechazado al principio.
A comienzos de la década de 1870, Cézanne trabaja con Pissaro en Auvers-sur-Oise y se apropia de un uso nuevo del color, conservando al mismo tiempo una cierta frontalidad en la sugestión del espacio que le es propia.
Implementa, especialmente en los autorretratos, el dispositivo inédito de unir las figuras del fondo, a partir del cual Cézanne prosigue sus experimentaciones. La representación de rostros se integra entonces plenamente en un nuevo vínculo entre la pintura y lo real.

Paul Cézanne-Madame Cézanne au fauteuil jaune
Paul Cézanne
Madame Cézanne au fauteuil jaune, 1888-1890
Riehen/Bâle, Fondation Beyeler
© Fondation Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection, photo Peter Schibli

El impresionismo y más allá
"Como no podemos compararlo, es más cómodo rechazarlo" escribe Georges Rivière, el defensor de los impresionistas.
A pesar de un acercamiento, al contacto con Camille Pissarro y con este grupo de artistas que utilizan colores vivos y desarrollan una nueva visión del paisaje, Cézanne conserva a lo largo de las décadas de 1870 y 1880 una independencia que se manifiesta especialmente a través de sus retratos.
A partir de 1875 pinta cada vez más retratos, tomando periódicamente como modelo a su compañera y futura esposa, con quien logra establecer una relación más equilibrada.
Cézanne es uno de los primeros artistas en tomar un camino que trasciende al impresionismo, especialmente a través del uso de colores intensos que magnifican el efecto de la luz.
También se libera de los dogmas a través de la sugestión del espacio, ofreciendo a sus modelos una presencia importante y novedosa, comparable a la escultura, en su representación. Estas búsquedas llevan a Cézanne a representarse a sí mismo una vez más, pero sobre todo a experimentar con variantes o verdaderas series, como el retrato de la Señora Cézanne en un sillón amarillo.

Paul Cézanne-Le Jardinier Vallier
Paul Cézanne
Le Jardinier Vallier, vers 1906
Londres, Tate
Legs de C. Frank Stoop, 1933
© Tate, London 2017

Una armonía paralela a la naturaleza
Al proseguir con la representación de los rostros mediante el uso de superficies de color en forma de prisma que revelan los reflejos de la luz, Cézanne logra una concisión plástica que también opera en sus bodegones, que vincula su práctica pictórica con la del dibujo.
Lejos de las tensiones visuales y psicológicas de sus cabezas estructuradas con pintura de sus comienzos, los retratos de la década de 1890 están impregnados de un sentimiento personal.
A pesar de una búsqueda formal que implica la inscripción de rostros y cuerpos en esquemas geométricos en resonancia con los fondos, Cézanne ofrece a sus modelos una representación a la vez humilde y monumental, ya sean anónimos campesinos o representantes ilustres de círculos artísticos parisinos.
La búsqueda de una unidad de la representación pictórica corresponde a la búsqueda de una "armonía paralela a la naturaleza" evocada por Cézanne a su círculo íntimo.
Pero sigue siendo inseparable de la "formulación de sensaciones surgidas del contacto natural" que implica interminables sesiones de pose.
Ciertos retratos del jardinero Vallier son los primeros realizados en exteriores, uniendo simbólicamente, al final de la vida del pintor, retratos y paisajes.

Paul Cézanne-Portrait de paysan
Paul Cézanne
Portrait de paysan, 1904-1906
Ottawa, musée des Beaux-Arts du Canada
© Photo MBAC

¿Una desaparición del retrato?
El tratamiento de los rostros por parte de Cézanne, y que le ha valido ser considerado como el padre de la modernidad en materia de retratos, plantea el tema de la naturaleza del retrato en sí, que no parece seguir teniendo la misma razón de ser que los cuadros imbuidos de romanticismo tardío del comienzo de su carrera.
La elección de modelos anónimos, sin duda escogidos por su proximidad con la casa y último taller de Cézanne, así como los principios seriales parecen confirmar la idea de un proceso puramente artístico y ajeno al sujeto, comparable en los retratos y bodegones.
No obstante, los campesinos y obreros representados por Cézanne pertenecen al grupo de personas humildes escogidas por los pintores realistas a lo largo del siglo XIX, y demuestran el apego visceral de Cézanne a su Provenza natal.
¿Encarnan tal vez un oficio manual que refleja el carácter artesanal de la pintura reivindicada por Cézanne? ¿O tal vez una proyección del artista en estas figuras al final de su vida?