Victor Albert Prout, fotógrafo

Dando la espalda a la cara más industriosa del río en Londres y aguas abajo de la capital , Prout enfoca su mirada en su entorno más bucólico y atemporal, el de los apacibles pueblos y residencias reales. Gracias a la variedad de puntos de vista y al hábil equilibrio de las composiciones, la monotonía topográfica se convierte en armonía. Si bien perpetúa una visión tradicional, pintoresca y romántica del Támesis, esta exploración de la relación cambiante de un río con su entorno supone uno de los grandes y tempranos logros en el ámbito del paisaje panorámico.

Por su absoluta horizontalidad, el paisaje fluvial es el tema idóneo para la fotografía panorámica. La elección de este formato por parte de Prout, en continuidad con la especialidad de su padre como pintor paisajista, implicaba una sofisticada cámara con objetivo pivotante hecha a medida para el fotógrafo, quien materializó de hecho su investigación en 1865 con una patente para mejorar las cámaras panorámicas.

Obligado a preparar y revelar in situ sus negativos sobre vidrio al colodión, convirtió un barco en cuarto oscuro. Un laboratorio flotante que se percibe a veces en las vistas, las cuales suelen estar animadas por una o dos figuras recurrentes y reconocibles que, posando, encarnan el floreciente gusto de los ciudadanos por los deportes náuticos. La originalidad discreta de la serie ideada por Prout se caracteriza por esta falta de ilusión. Se invita al espectador inmóvil a remontar el río en compañía del artista y sus ayudantes, cuyos hilos acentúan la dimensión narrativa de este paseo fotográfico por el tiempo y el espacio.