La donación Zeineb y Jean-Pierre Marcie-Rivière

Edouard Vuillard
Jeune fille, la main sur la poignée de la porte, vers 1891
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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En el año 2010, Zeineb y Jean-Pierre Marcie-Rivière realizaron una donación al Museo de Orsay, cuyo usufructo comenzó con el fallecimiento de Jean-Pierre Marcie-Rivière el 6 de enero de 2016.  Debido a su riqueza, esta donación constituye un hecho excepcional en la historia de las colecciones francesas.

Iniciada en la década de 1960 por André Levy-Despas, el primer marido de Zeineb Kebaïli, la colección fue continuada durante más de cuarenta años por Zeineb y Jean-Pierre Marcie-Rivière. La donación incluye 25 cuadros y 94 dibujos de Bonnard; así como 24 cuadros, 3 pasteles y 2 dibujos de Vuillard. Dedicada a dos pintores pertenecientes al movimiento Nabis, destaca los vínculos formales y narrativos que unen a los dos maestros dentro de este grupo de artistas, que se desarrolló a partir de 1888, y luego de su dispersión en 1900.

 

Este conjunto expresa una preferencia compartida por temas íntimos, que no excluyen un sentimiento de misterio y singularidad. Veladas musicales, retratos realizados en el momento, interiores con personajes y escenas urbanas, dan prueba de las estrechas relaciones entre Bonnard y Vuillard en la época de los Nabis. Cuadros de la madurez de ambos artistas completan este conjunto de obras creadas en la década de 1890.

Edouard Vuillard
La Soirée musicale, vers 1896
Musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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A lo largo de la década de 1890, Bonnard y Vuillard se interesan por las escenas intimistas, que suelen retratar sus universos familiares. Prefieren la evocación más que la descripción, mostrando un estilo que es a menudo muy similar, llegando incluso a confundirse. La presentación de la colección, que según la voluntad de los donantes debe permanecer agrupada, juega con estas relaciones y afinidades.

 

En estos decorados que representan salones burgueses de su tiempo, los muebles y los accesorios juegan un rol central respecto a los personajes en segundo plano.
El fundido, recorrido por motivos iluminados por luz artificial, evoca el teatro simbolista de vanguardia al cual Bonnard y Vuillard eran adeptos en la década de 1890. Sus interiores, saturados de color y motivos, evocan escenas de teatro del dramaturgo noruego Henrik Ibsen (muy popular en Europa a principios de siglo), y son representadas en estas obras por familiares o amigos.
 

Edouard Vuillard
En visite, les demoiselles Fornachon, vers 1891
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Los formatos pequeños privilegiados por Bonnard y Vuillard permiten concentrar la atención del espectador en los pequeños gestos cotidianos, reflejados con vibrantes pinceladas. Basándose en la observación de la interpretación de los actores, Vuillard logra, con unas pocas pinceladas, capturar el suave caminar de la actriz Marthe Mellot, la curvatura de su espalda y la extravagancia de su sombrero.

 

 (hacia 1891), Vuillard, Edouard
Edouard Vuillard
Marthe Mellot, vers 1891
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La pasión de Bonnard y de Vuillard por la vida parisina de finales de siglo coincide con la experimentación de su libertad artística en una ciudad en plena efervescencia. Transcriben sus observaciones a partir de sus recuerdos y bocetos rápidos, que luego reinterpretan en el taller.
Las escenas en la calle de Bonnard transmiten su fascinación por el espectáculo de los bulevares. Aislando motivos del frenesí urbano, captura el paso apresurado de una lavandera, y retrata con ternura e ironía ante a su fugaz belleza, el encanto de elegantes mujeres.
 

 (en 1917), Vuillard, Edouard
Edouard Vuillard
Intérieur du salon de thé, Le Grand Teddy, projet, en 1917
Musée d'Orsay
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La inspiración del pintor fluye de sitios familiares como su casa en Grand-Leps en Isère, en la cual trabajaba durante el verano. Viviendo entre Normandía y el Mediodía, no deja de pintar su "jardín salvaje", que domina el Sena.

 

 (hacia 1896), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Promenade dans le jardin, vers 1896
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La Costa Azul, que Bonnard visita a menudo a partir de 1906, se convierte en el marco de escenas arcadianas presentes en las decoraciones que realiza para su mecenas Ivan Morosov.

 (en 1912), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Etude pour "Le Printemps", en 1912
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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La belleza sublime de los paisajes, la efervescencia de la luz solar y la vegetación exuberante conducen al pintor a una interpretación lírica y colorida de la naturaleza.

 

 (en 1917), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Chien sur la terrasse, en 1917
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Presencias femeninas

Compañeras, amantes, modelos conocidas o anónimas, las figuras femeninas presentes en los cuadros de Bonnard y de Vuillard son testimonio de episodios de su vida sentimental. De los desnudos radiantes inundados de luz de Bonnard a los personajes fantasmales de Vuillard, estas mujeres pueblan las páginas de un diario íntimo que se revela en sus obras.
Toulouse-Lautrec, Vallotton, Bonnard y Vuillard estaban fascinados por la personalidad de Misia Godebska, una música con un encanto irresistible que era la esposa del director de La Revue blanche, Thadée Natanson. Vuillard realizó su retrato en una época en la cual la joven, afligida y deprimida, estaba a punto de separarse de su marido.
A pesar de que Marthe, amante y luego esposa de Bonnard, aparece en varios de sus cuadros desde su encuentro en 1933, no era la única mujer en capturar la atención del pintor. Sin embargo, su delicada figura es reconocible en el Nu accroupi au bain [Desnudo agachado en el baño] y en el Nu au gant bleu [Desnudo con guante azul].

 

 (en 1918), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Nu accroupi au tub, en 1918
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Vuillard prefiere observar sus modelos a distancia, en la intimidad de sus interiores. Le interesan las interacciones (conversaciones, comidas, lecturas), y las relaciones entre las figuras con los objetos y con el espacio que las rodean, que no duda en deformar con una visión de ojo de pez.
Otorgando poca importancia a los detalles, construye sus composiciones con ayuda de manchas de colores y de formas acopladas. La técnica de la pintura a la cola, en la cual los pigmentos se aplican en finas capas superpuestas o trazos que no pueden revertirse, favorece una interpretación sugestiva del motivo.
 

A partir de 1899, el desnudo se convierte en un tema mayor en la obra de Bonnard. Entre 1903 y 1910, pinta más de cincuenta desnudos directamente basados en modelos, continuando con sus pinturas realizadas de memoria a partir de dibujos esbozados en directo.
En la década de 1910, cambia su método de trabajo y prepara sus pinturas de desnudos con dibujos, para liberarse de la influencia del color. Alarga sus figuras, inspiradas en su mayoría por Marthe, su modelo preferida.

 

 (en 1916), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Nu au gant bleu, en 1916
Musée d'Orsay
Donation J.P. Marcie-Rivière sous réserve d'usufruit, 2010
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Los desnudos no tienen poses académicas sino actitudes ligeramente inestables y descentradas, que recuerdan las fotografías instantáneas tomadas por el artista en esta época, y que eran utilizadas como soporte para los dibujos. Bonnard descompone con audacia sus desnudos para adaptarlos a la composición general, buscando un equilibrio en el cual los objetos, el espacio y la figura se interpenetran.

 

“«El dibujo es la sensación»”
Personne citée
Pierre Bonnard

La colección incluye casi un centenar de dibujos de Bonnard. Debido a su fragilidad ante la luz, los dibujos no se pueden mostrar de forma permanente y se exponen en rotación.

 

Bonnard dibujó toda su vida. Siempre llevaba consigo un cuaderno de bocetos, o papel y lápiz para registrar en el momento sus impresiones del mundo que lo rodeaba.
Encontraba sus motivos en su vida cotidiana, al igual que las proporciones y la composición del cuadro, que realizaba de memoria en el taller a partir de un boceto. A través de sus dibujos, Bonnard busca capturar la vivacidad de la sensación experimentada durante la observación. De este proceso surge su definición paradojal: «el dibujo es la sensación; el color es la razón».

 (hacia 1929), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Nu de trois quarts dans une salle de bains, vers 1929
Musée d'Orsay
Donation Marcie-Rivière
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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El artista invierte el enfoque académico, que asocia dibujo e idea preconcebida: en su caso, el dibujo es espontáneo, libre y dinámico. El artista dibuja con soltura, disfrutando del descubrimiento visual y de las sensaciones que este acto le produce.

 

 (en 1923), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Deux études de nus (Marthe) : nu debout et nu à la baignoire, en 1923
Musée d'Orsay
Donation Marcie-Rivière
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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No busca la pureza de la línea sino la "expresión de las líneas", que reproducen rápidamente una impresión imprevisible e intensa.

 

“«La naturaleza ha sido una gran fuente de inspiración». ”

Casi un tercio de los dibujos de la donación Marcie-Rivière son paisajes, y la mayoría provienen de cuadernos y álbumes. Los paisajes de Bonnard están relacionados con lugares que ama y conoce bien: Grand-Lemps, casa familiar en la provincia de Dauphiné en la cual solía vacacionar junto a sus sobrinos y los hijos de la familia Terrase; Vernonnet y Trouville, en Normandía; la Costa Azul; Saint-Tropez, Grasse; Antibes y Le Cannet.

 (entre 1887 y 1947), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Paysage du Midi avec en arrière-plan le massif de l'Estérel, entre 1887 et 1947
Musée d'Orsay
Donation Marcie-Rivière
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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Necesita confrontarse a la naturaleza y comprender un país y un paisaje para poder dibujarlo. En sus agendas anotaba periódicamente el estado del clima, para recordar los momentos que lo habían emocionado: «Hago los bocetos en el exterior, apenas encuentro un efecto de luz, un paisaje o una atmósfera que me emocionan».
Sus dibujos transmiten su exaltación y su admiración por la naturaleza, ante el movimiento de la vegetación y de las nubes. Con refinada pasión transcribe el mundo como lo siente, utilizando líneas dinámicas y vibrantes, rápidas o marcadas, libres de la estética y de lo pintoresco.

 

 (hacia 1921), Bonnard, Pierre
Pierre Bonnard
Le Paradis terrestre, vers 1921
Musée d'Orsay
Donation Marcie-Rivière
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
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