París-Bruselas / Bruselas-París

El nuevo Estado belga surgido en 1830, rico e industrializado, ofrecía por su proximidad geográfica y lingüística una tierra de acogida para los franceses en el exilio. Era también un centro de encuentro artístico privilegiado, motivado por una sensibilidad agudizada por la riqueza de su herencia cultural.
Paralelamente, los artistas belgas en busca de una cierta forma de reconocimiento, vinieron a Francia a hacer conocer las artes gráficas y la literatura de su país.
La exposición puso de manifiesto este diálogo. Su planteamiento multidisciplinario reveló la diversidad de intercambios en todos las esferas: artes plásticas y decorativas, arquitectura, literatura y música. Además, todos los movimientos artísticos coexistieron y se respondieron: realismo, impresionismo, simbolismo y art nouveau. Esta retrospectiva mostró que las reacciones frente a estas corrientes fueron muy diversas de uno u otro lado de la frontera, en el corazón de estos dos crisoles de vanguardia que fueron París y Bruselas.