Bibliothèque
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
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François-Rupert Carabin
Bibliothèque
1890
noyer, fer forgé
H. 290,0 ; L. 215,0 ; P. 83,0 cm.
Achat, 1983
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
François-Rupert Carabin
(1862 -
1932)
Niveau médian,
Salle 65
Conocemos la importancia del papel desempeñado por los escultores −Carriès, Dampt, Charpentier, etc.−, a finales del siglo XIX, en la renovación de las Artes decorativas. El título de pionero corresponde a Carabin con esta biblioteca que también podría ser uno de los orígenes del nuevo afán por la escultura sobre madera en algunos artistas de finales del siglo XIX.
El génesis del mueble se conoce gracias a apuntes manuscritos del artista redactados en 1915. La biblioteca fue un encargo de comienzos de 1889, de un aficionado "que no disponía de mucho dinero pero de ideas abiertas". Su realización requiere sin embargo mucho tiempo y recursos: "He trabajado 11 meses en esta obra y me he gastado 3 750 F... partiendo del principio del cubo (lógica de madera), de la asimetría conectando las líneas mediante figuras y ornamentos inspirados por la naturaleza. Un obrero ferretero llamado Servat sin ningunos conocimientos de arte, pero muy hábil en su oficio, ha ejecutado bajo mi dirección, los admirables herrajes". De modo que es verdaderamente una "obra maestra", siendo el término tomado en el sentido de los artesanos del pasado, que Carabin presenta, no sin cierto orgullo, en su taller durante algunos días en marzo de 1890. El mismo año, esta biblioteca se ve negado el acceso al Salón de los Independientes "bajo el pretexto que al año siguiente se podrían enviar orinales". Pero en 1891, las Artes decorativas se admiten por fin en un Salón anual, en este caso el de la Sociedad Nacional de Bellas Artes. El mueble de Carabin se encuentra entonces presente entre las obras expuestas durante dicho acto.
El crítico Gustave Geffroy ha explicado el simbolismo de las diversas figuras que animan el mueble: "Cerca del suelo, las figuras... son figuras de bajeza, de las pasiones enemigas de la inteligencia, vencidas y esclavizadas por el Libro. Por un lado, está la Ignorancia... Por el otro, máscaras superpuestas: la Vanidad, la Avaricia, la Intemperancia, la Ira, la Estupidez, la Hipocresía... Arriba, la obra acaba tomando todo su significado cerebral con tres figuras emblemáticas... Una Verdad se encuentra en el centro... En la izquierda y en la derecha, dos Lecturas...".
El génesis del mueble se conoce gracias a apuntes manuscritos del artista redactados en 1915. La biblioteca fue un encargo de comienzos de 1889, de un aficionado "que no disponía de mucho dinero pero de ideas abiertas". Su realización requiere sin embargo mucho tiempo y recursos: "He trabajado 11 meses en esta obra y me he gastado 3 750 F... partiendo del principio del cubo (lógica de madera), de la asimetría conectando las líneas mediante figuras y ornamentos inspirados por la naturaleza. Un obrero ferretero llamado Servat sin ningunos conocimientos de arte, pero muy hábil en su oficio, ha ejecutado bajo mi dirección, los admirables herrajes". De modo que es verdaderamente una "obra maestra", siendo el término tomado en el sentido de los artesanos del pasado, que Carabin presenta, no sin cierto orgullo, en su taller durante algunos días en marzo de 1890. El mismo año, esta biblioteca se ve negado el acceso al Salón de los Independientes "bajo el pretexto que al año siguiente se podrían enviar orinales". Pero en 1891, las Artes decorativas se admiten por fin en un Salón anual, en este caso el de la Sociedad Nacional de Bellas Artes. El mueble de Carabin se encuentra entonces presente entre las obras expuestas durante dicho acto.
El crítico Gustave Geffroy ha explicado el simbolismo de las diversas figuras que animan el mueble: "Cerca del suelo, las figuras... son figuras de bajeza, de las pasiones enemigas de la inteligencia, vencidas y esclavizadas por el Libro. Por un lado, está la Ignorancia... Por el otro, máscaras superpuestas: la Vanidad, la Avaricia, la Intemperancia, la Ira, la Estupidez, la Hipocresía... Arriba, la obra acaba tomando todo su significado cerebral con tres figuras emblemáticas... Una Verdad se encuentra en el centro... En la izquierda y en la derecha, dos Lecturas...".