Champ de bananiers

/
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Auguste Renoir
Champ de bananiers
1881
huile sur toile
H. 51,0 ; L. 63,0 cm.
Achat sur les fonds d'une donation anonyme canadienne, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Auguste Renoir (1841 - 1919)
Artwork not currently exhibited in the museum

A partir de enero de 1881, el marchante Paul Durand-Ruel realiza compras regulares a Renoir. El pintor hace entonces viajes que jamás había podido hacer y que completan su experiencia artística. El primero de sus periplos le conduce a Argelia, sobre las huellas de Delacroix a quien admira. Renoir vio en ello una experiencia visual tan intensa como la de su antepasado. Seducido por los colores y por esta naturaleza "de una increíble riqueza", realiza algunos paisajes puros, que son bastante escasos en su obra.
Este campo de plataneros se sitúa en el jardín experimental del Hamma, creado en 1832 en Argel. La vista en contrapicado permite además percibir, por encima de las hojas más altas, las casas de Argel la Blanca, situadas del otro lado de la bahía. Para ocupar esta posición, Renoir ha pintado seguramente su cuadro desde la primera planta de un edificio.
La exuberancia de la vegetación invade gran parte del lienzo, a la manera de una tapicería con tema tropical. La rebosante cantidad de hojas de plataneros introduce una animación tumultuosa en la composición. Los diferentes colores se funden armoniosamente gracias a la pincelada muy delicada, casi algodonosa de Renoir.
Presentado años más tarde en el Salón de la Sociedad de pintores orientalistas de 1895, Campo de plataneros fue muy distinguido. La Chronique des arts menciona en dicha ocasión este paisaje "magnífica luz igual que el sol".

Novedades de la colección