Ecran circulaire
Escalier de Cristal
Artwork not currently exhibited in the museum
A pesar de la ausencia de cualquier rastro de firma o de marca, esta pantalla decorativa, puede sin lugar a dudas, estar considerada como una producción de l'Escalier de Cristal, una suntuosa tienda parisina de porcelanas, cristales y bronces para mobiliario. El objeto se encuentra de hecho en las páginas de un cuaderno en el que Henry Pannier, codirector de la tienda con su hermano Georges, tiene por costumbre realizar un boceto de cada mueble o de cada objeto producido por l'Escalier de Cristal. Acompaña este dibujo con la indicación del precio, del nombre de los ejecutantes y de los mandatarios. De este modo sabemos que la pantalla fue realizada en ocho ejemplares. Señal fehaciente de la reputación internacional de l'Escalier de Cristal, tres de entre ellos están destinados a clientes que residen en Londres y en Roma.
Este objeto es particularmente revelador de la sensibilidad occidental con un atractivo extremo-oriental, durante todo el transcurso de los años 1880-1890. Así mismo, el magnífico grabado sobre cristal presenta un gallo y una gallina que proceden directamente del repertorio delukiyo-e, en particular de los dibujos de Hokusai y de Sogakudo. En cuanto a los bronces, constituyen cuantas referencias a los bronces de la época de los últimos Shogun, ya sean fantásticos, como la máscara de dragón que corona la pantalla, o naturalistas, como la perdiz colocada en el centro de los travesaños.
Semejante objeto responde al deseo del hombre urbanizado de finales del siglo XIX de recrear un Oriente imaginario, adaptado a su gusto por la decoración opulenta. Está realizado en un espíritu de eclecticismo, un eclecticismo que elige sus fuentes con esmero y las transpone con una gran libertad. Aquí ninguna intención de captar o de entender la propia esencia de estas fuentes, sino simplemente la ambición de crear un hermoso objeto que sorprende, seduce y cambia el ambiente.
Este objeto es particularmente revelador de la sensibilidad occidental con un atractivo extremo-oriental, durante todo el transcurso de los años 1880-1890. Así mismo, el magnífico grabado sobre cristal presenta un gallo y una gallina que proceden directamente del repertorio delukiyo-e, en particular de los dibujos de Hokusai y de Sogakudo. En cuanto a los bronces, constituyen cuantas referencias a los bronces de la época de los últimos Shogun, ya sean fantásticos, como la máscara de dragón que corona la pantalla, o naturalistas, como la perdiz colocada en el centro de los travesaños.
Semejante objeto responde al deseo del hombre urbanizado de finales del siglo XIX de recrear un Oriente imaginario, adaptado a su gusto por la decoración opulenta. Está realizado en un espíritu de eclecticismo, un eclecticismo que elige sus fuentes con esmero y las transpone con una gran libertad. Aquí ninguna intención de captar o de entender la propia esencia de estas fuentes, sino simplemente la ambición de crear un hermoso objeto que sorprende, seduce y cambia el ambiente.