Eugénie Fiocre
Jean-Baptiste Carpeaux
(1827 -
1875)
Rez-de-chaussée,
Salle 9
El encantador rostro y la pinta traviesa con nariz respingona de Eugénie Fiocre, bailarina de la Ópera, se encuentran particularmente realzados por el escultor Jean-Baptiste Carpeaux. En la misma época, la bailarina posa también para los pintores Edgar Degas y Winterhalter. El sentido psicológico de Carpeaux, la finura que demuestra descubriendo una personalidad, se observan en numerosos bustos que ha esculpido, tomando como modelos amigos o contemporáneos.
Fiel a la naturaleza, intenta infundir el estremecimiento de la vida a sus retratos. Sus rostros, el realismo de los peinados y la libertad de ejecución del movimiento, están lejos de los retratos estáticos y fríos, de las corrientes de la época. Este yeso de 1869 reanuda con la tradición del siglo XVIII, por la preocupación de la presencia y del efecto decorativo. El gran drapeado, los hombros desnudos de la joven mujer, la rosa entre sus senos, la cabecita inclinada por encima de un cuello largo y delgado, todo contribuye para devolverle su elegancia y su encanto.
Fiel a la naturaleza, intenta infundir el estremecimiento de la vida a sus retratos. Sus rostros, el realismo de los peinados y la libertad de ejecución del movimiento, están lejos de los retratos estáticos y fríos, de las corrientes de la época. Este yeso de 1869 reanuda con la tradición del siglo XVIII, por la preocupación de la presencia y del efecto decorativo. El gran drapeado, los hombros desnudos de la joven mujer, la rosa entre sus senos, la cabecita inclinada por encima de un cuello largo y delgado, todo contribuye para devolverle su elegancia y su encanto.