Fauteuil

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Hector Guimard
Fauteuil
vers 1898
noyer d'Amérique et garniture moderne
H. 116,0 ; L. 68,0 ; P. 52,0 cm.
Achat, 1993
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / René-Gabriel Ojéda
Hector Guimard
Fauteuil
vers 1898
noyer d'Amérique et garniture moderne
H. 116,0 ; L. 68,0 ; P. 52,0 cm.
Achat, 1993
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / René-Gabriel Ojéda
Hector Guimard
Fauteuil
vers 1898
noyer d'Amérique et garniture moderne
H. 116,0 ; L. 68,0 ; P. 52,0 cm.
Achat, 1993
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / René-Gabriel Ojéda
Hector Guimard (1867 - 1942)
Niveau médian, Salle 64
En 1894, Guimard, todavía joven y prácticamente desconocido, ve como se le encarga la realización del Castel Béranger, un inmueble de renta, situado en el distrito 16 de París. A penas este edificio acabado, el arquitecto recibe en 1898-1899, varios encargos que le conducen a abordar verdaderamente la creación de conjuntos de mobiliario completos. Teniendo en cuenta su carga de trabajo, no puede diseñar cada vez un mobiliario totalmente original. De modo que observamos que las butacas de la casa Coilliot en Lille, de donde procede esta butaca, del hôtel Roy en París o del Castel Henriette en Sèvres, presentan travesaños parecidos. Su característica más sorprendente es el uso de un travesaño diagonal con dibujo libre y flexible que une los pies delanteros con los traseros.
Aquí, el respaldo está formado por un medallón ovalado del que emana un leve perfume Luís XVI. Un travesaño diagonal paralelo al del pie une el montante del respaldo con la cabeza del pie delantero. Un soporte de brazo se viene añadiendo a éste.
Si comparamos la butaca con las sillas dibujadas a partir del mismo modelo, la construcción parece menos satisfactoria, demasiado demostrativa. Le falta la elegancia incomparable y toda parisina que distingue a comienzos del siglo XX las creaciones de Guimard. La silueta un poco torpe de la butaca Coilliot se explica tal vez debido al hecho que se trata probablemente de una de las primeras butacas diseñadas por el arquitecto. Guimard ha conservado una estructura de silla y se ha contentado con añadir los brazos. La pieza no deja de ser sin embargo totalmente representativa de la manera de combinar, desde sus primeros ensayos, naturalismo y abstracción.
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