France, troupeau de moutons près d'une mare
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Charles Augustin Lhermitte
France, troupeau de moutons près d'une mare
1912
aristotype contrecollé sur carton
H. 5,8 ; L. 8,4 cm.
Achat, 1988
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay)
/ Hervé Lewandowski
Charles Augustin Lhermitte
(1881 -
1945)
Pese a que Charles Augustin Lhermitte, fotógrafo aficionado, manifiesta un gran interés por las investigaciones formales de los adeptos del pictorialismo, sigue marcado por el naturalismo de su padre, el pintor Léon Lhermitte.
Lhermitte hijo se interesa por la vida de pueblo (mercados, peregrinaciones y los "perdones" bretones) y el universo del trabajo rural (gente quemando algas, cosechadores, pescadores, mujeres que hacen encajes, pastores). No pretende idealizar sus temas y practica su arte en verdadero pintor de la vida rural, que hubiese substituido su pincel por el objetivo. Demuestra un sentido agudo del enfoque, del juego con la sombra y la luz. Pese a haber retocado muchos de sus revelados, a la manera pictorialista, utilizando en particular la goma bicromatada, también ha dejado más de dos mil revelados de pequeño formato, simplemente tratados al cloruro de oro, como este Rebaño de borregos cerca de un charco.
Sus tomas de vista están realizadas con una preocupación por la precisión que le conduce a utilizar un objetivo que "da una imagen fina y muy nítida, que respeta los planos y el relieve, conservando esta atmósfera luminosa que baña todas las cosas y ello, de un modo más pronunciado, cuanto más lejos se encuentren". Rechazando de este modo los efectos de desenfocado, aconsejados por los pictorialistas, Charles Lhermitte se apunta, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en la corriente de la fotografía documental que pretende grabar, con destino a las futuras generaciones, las huellas de una cultura de cuya presiente una próxima desaparición.
Lhermitte hijo se interesa por la vida de pueblo (mercados, peregrinaciones y los "perdones" bretones) y el universo del trabajo rural (gente quemando algas, cosechadores, pescadores, mujeres que hacen encajes, pastores). No pretende idealizar sus temas y practica su arte en verdadero pintor de la vida rural, que hubiese substituido su pincel por el objetivo. Demuestra un sentido agudo del enfoque, del juego con la sombra y la luz. Pese a haber retocado muchos de sus revelados, a la manera pictorialista, utilizando en particular la goma bicromatada, también ha dejado más de dos mil revelados de pequeño formato, simplemente tratados al cloruro de oro, como este Rebaño de borregos cerca de un charco.
Sus tomas de vista están realizadas con una preocupación por la precisión que le conduce a utilizar un objetivo que "da una imagen fina y muy nítida, que respeta los planos y el relieve, conservando esta atmósfera luminosa que baña todas las cosas y ello, de un modo más pronunciado, cuanto más lejos se encuentren". Rechazando de este modo los efectos de desenfocado, aconsejados por los pictorialistas, Charles Lhermitte se apunta, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en la corriente de la fotografía documental que pretende grabar, con destino a las futuras generaciones, las huellas de una cultura de cuya presiente una próxima desaparición.
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