Jeu de volant
En una maleza de árboles con troncos malvas, Maurice Denis mezcla jugadoras con cometa que brindan su título al cuadro, mujeres que cortan flores y otras que se bañan en el plano de fondo. Por los modelos trajeados y que practican una actividad deportiva contemporánea, el juego de la cometa, o por los que están desnudos, como ninfas intemporales, la escena tiene el sabor de un irreal idilio. El ritmo de los troncos, el nexo de las ramas que responde al movimiento de las raquetas, nos recuerdan que este relevante cuadro es un decorado. Maurice Denis lo ejecutó para Etienne Moreau-Nélaton, eminente coleccionista y generoso donante de los museos. El pintor preparó su composición por un boceto del conjunto cuyo título, El bosque sagrado, restituye admirablemente la atmósfera del cuadro final y conmemora la deuda de Maurice Denis respecto a Puvis de Chavannes, pintor del Bosque sagrado amado por las Artes y las Musas conservado en el Palacio de Bellas Artes de Lyon.