Justine Dieulh

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Henri de Toulouse-Lautrec
Justine Dieulh
1891
huile sur carton
H. 74 ; L. 58 cm avec cadre H. 90 ; L. 73,5 ; EP. 8 cm
Cession en application du traité de paix avec le Japon, 1959
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Henri de Toulouse-Lautrec
Justine Dieulh
1891
huile sur carton
H. 74 ; L. 58 cm avec cadre H. 90 ; L. 73,5 ; EP. 8 cm
Cession en application du traité de paix avec le Japon, 1959
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Henri de Toulouse-Lautrec
Justine Dieulh
1891
huile sur carton
H. 74 ; L. 58 cm avec cadre H. 90 ; L. 73,5 ; EP. 8 cm
Cession en application du traité de paix avec le Japon, 1959
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Henri de Toulouse-Lautrec (1864 - 1901)
Niveau médian, Salle 68
La paleta de este cuadro es típica de los retratos pintados por Lautrec en el jardín del père Forest, un terreno que servía para el tiro con arco, situado en la esquina del bulevar de Clichy y de la calle Caulaincourt. Las plantas, los árboles, forman como una red que aísla los personajes en un espacio casi neutro. Lautrec utiliza su azul habitual tintado de violeta, para el vestido y el sombrero. Alrededor del cuello del modelo, un rojo intenso, exalta los verdes del fondo por el juego de los colores complementarios.
Sentada de frente, en el centro del cuadro, la modelo, Justine Dieuhl, tiene una sorprendente presencia. Parece estar en un trono, encima de una silla plegable bastante inestable. Su postura algo rígida no está alejada de una cierta torpeza y sus anchas manos toscas, confirman esta impresión. Como visto desde arriba, su cuerpo está trazado superficialmente. Las anchas rayas azules que describen su vestido sirven para llenar; solo la forma de las rodillas está sugerida con pinceladas más tratadas, levemente redondeadas. Su complicado peinado es tan alto que apenas entra en el cuadro.
De la mayoría de mujeres que Lautrec representa en este jardín, ya sean modelos profesionales o prostitutas, solo conocemos el nombre: Berthe o Gabrielle... Pese a saber que se llama Justine, parece no haberse conservado ningún detalle de su biografía. Tan solo nos queda este retrato, en el que Lautrec intenta retranscribir la psicología del personaje. Lo logra de un modo humano y, como a menudo, humorístico.
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