L'Asperge
Conocemos la encantadora historia de este cuadro: Manet vende a Charles Ephrussi Un manojo de espárragos por ochocientos francos. Pero Ephrussi le envía el importe de mil francos, y Manet, a quien no le falta ni elegancia ni espíritu, pinta este espárrago y se lo remite con esta pequeña nota: "Le faltaba uno a su manojo".
El lienzo "matriz" fue pintado sobre fondo negro, un poco a la manera de los bodegones holandeses del siglo XVII. Aquí, Manet juega con gran delicadeza entre los malvas y los grises del espárrago, y el color del mármol encima del que está colocado. Solo apunta el placer de pintar en total libertad, demostrando en la obra de un instante su prodigiosa habilidad, su gusto perfecto y su humor. "No es una naturaleza muerta como las demás", escribe Georges Bataille, "pese a muerta, en mismo tiempo es muy jovial".
Cada vez con la mayor frecuencia a lo largo de los años 1880, Manet ejecuta de este modo bodegones de pequeñas dimensiones que representan algunas flores o frutos, en número muy restringido. Compone especies de extractos, de quintaesencias de pintura. Se trata a menudo de envíos amistosos, de regalos íntimos en los que se podía encontrar cada vez alusiones divertidas o señas de afecto y de ternura.
Reseña Manet