Le Salon aux trois lampes, rue Saint-Florentin

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Edouard Vuillard
Le Salon aux trois lampes, rue Saint-Florentin
1899
peinture à la colle sur papier marouflé sur toile
H. 59,7 ; L. 96,0 cm.
Donation sous réserve d'usufruit Philippe Meyer, 2000
© RMN-Grand Palais (musée d’Orsay) / Jean-Marc Anglès
Edouard Vuillard
Le Salon aux trois lampes, rue Saint-Florentin
1899
peinture à la colle sur papier marouflé sur toile
H. 59,7 ; L. 96,0 cm.
Donation sous réserve d'usufruit Philippe Meyer, 2000
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Edouard Vuillard
Le Salon aux trois lampes, rue Saint-Florentin
1899
peinture à la colle sur papier marouflé sur toile
H. 59,7 ; L. 96,0 cm.
Donation sous réserve d'usufruit Philippe Meyer, 2000
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Edouard Vuillard
Le Salon aux trois lampes, rue Saint-Florentin
1899
peinture à la colle sur papier marouflé sur toile
H. 59,7 ; L. 96,0 cm.
Donation sous réserve d'usufruit Philippe Meyer, 2000
© RMN-Grand Palais (musée d’Orsay) / Jean-Marc Anglès
Edouard Vuillard (1868 - 1940)
A partir de 1893, las relaciones de Vuillard con Thadée Natanson, el redactor jefe de La Revue blanche, y su esposa Misia, se hacen más estrechas y cotidianas. El pintor es un habitual del apartamento de la pareja, calle Saint-Florentin, cerca de la plaza de la Concorde.
El salón representado aquí se caracteriza por su exageración decorativa. Los muros cubiertos por una tapicería con un motivo recargado dibujan un marco geométrico para la estancia. Distinguimos en la derecha el piano de cola le piano de Misia, excelente música. El instrumento, cubierto por un chal estampado, tiene encima una lámpara de petróleo dotada de una pantalla amarilla. Dos lámparas más están dispuestas armoniosamente en la estancia. Estas tres fuentes de luz dan su título al cuadro.
La elección de una iluminación difusa otorga a la escena una dimensión poética y a la decoración una presencia tan intensa como la de los personajes. La ausencia de jerarquía entre objetos y seres vivos es característica de la estética de los Nabis y del estilo de Vuillard en particular. Al artista le gusta pintar interiores confinados y agobiantes, como reflejando tensiones internas. En este espacio ambiguo, que se aproxima de un escenario teatral, los protagonistas posan en actitudes usuales. En la izquierda, Misia sentada cerca de una mesa, hojea un álbum. Su marido, colocado en la derecha, lee un libro. El dramaturgo Romain Coolus, colaborador en La Revue blanche, está instalado en el centro en una mecedora Thonet. El trío parece apacible, pero en torno a estos personajes inmóviles, el movimiento coloreado del papel pintado, de la alfombra y de los cortinajes, anima la escena de sombras y de apariciones fantasmagóricas.
Niveau médian, Salle 67
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