Le Sphinx
Instalado en París, el escultor polaco Boleslas Biegas expone aquí unas muy curiosas esculturas, que tienen un rotundo éxito en los primeros albores del siglo XX. Se trata a menudo de bustos, con títulos filosóficos o esotéricos.
El Esfinge se presenta como un busto, pero algunas partes están aplastadas como en un bajorrelieve. La frente tiene un volumen, exageradamente bombado, mientras que las manos cruzadas están simplemente dibujadas.
El escultor utilizó procesos muy modernos para la época. Por ejemplo, las mejillas son huecas, en lugar de estar llenas. El rostro nos parece anormal, deformado, como si no se tratase de un ser humano, pero de una criatura fantástica. Con sus ojos escrutadores y los labios juntos, parece un espectro. El color blanco del yeso intensifica dicho efecto. El título evoca la mitología griega: el esfinge es aquel que plantea al hombre enigmas imposibles de resolver. Todo aquel que no encuentra la solución está inmediatamente devorado.
