Masque de Tadamasa Hayashi

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Albert Bartholomé
Masque de Tadamasa Hayashi
1892
masque en bronze à patine rouge
H. 25,5 ; L. 19,0 ; P. 15,5 cm.
Don de la société des Amis du musée d'Orsay, 1990
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Albert Bartholomé
Masque de Tadamasa Hayashi
1892
masque en bronze à patine rouge
H. 25,5 ; L. 19,0 ; P. 15,5 cm.
Don de la société des Amis du musée d'Orsay, 1990
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Albert Bartholomé
Masque de Tadamasa Hayashi
1892
masque en bronze à patine rouge
H. 25,5 ; L. 19,0 ; P. 15,5 cm.
Don de la société des Amis du musée d'Orsay, 1990
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Albert Bartholomé
Masque de Tadamasa Hayashi
1892
masque en bronze à patine rouge
H. 25,5 ; L. 19,0 ; P. 15,5 cm.
Don de la société des Amis du musée d'Orsay, 1990
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Albert Bartholomé
Masque de Tadamasa Hayashi
1892
masque en bronze à patine rouge
H. 25,5 ; L. 19,0 ; P. 15,5 cm.
Don de la société des Amis du musée d'Orsay, 1990
© RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Albert Bartholomé (1848 - 1928)
Artwork not currently exhibited in the museum

Tadamasa Hayashi (1853-1906) forma parte de los primeros embajadores de la cultura japonesa en Francia. Llega a París en 1878 para servir de intérprete al marchante y comisario Kenzaburô Wakaï en la Exposición Universal. En 1883 abre una tienda de "objetos japoneses" que atrae a numerosos aficionados. Esta actividad le introduce en los ambientes artísticos y literarios.
Fue probablemente en el círculo de Degas que Albert Bartholomé conoce a Hayashi. Fascinado por su rostro exótico, el escultor trabaja a partir de 1892 en el retrato del marchante. Para representarlo, elije inspirarse de algunas máscaras del teatro nô, consideradas entonces como una de las cimas de la escultura japonesa. Gracias al vaciado realista el retrato sigue siendo no obstante de una notable fidelidad.
Un bronce de esta obra fue presentado en 1894 en el Salón de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, pero desconocemos si se trata del ejemplar del museo de Orsay, cuya calidad de la fundición, con su cálida patina roja, es notable. El propio Degas poseía un ejemplar en yeso de esta máscara.

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