Masque d'horreur
La Máscara de horror puede ser fácilmente fechada gracias a un artículo de Arsène Alexandre publicado en Paris del 24 de junio 1891. En el relato de su visita a Montriveau (Nièvre), donde el artista posee horno y talleres, el crítico evoca la pieza antes de ser cocida: "Esta terrible máscara, con rostro aplastado y plegado, con los ojos cocidos, la boca rebajada, en una horrible ira, máscara espantosa de pesadilla".
De modo que la máscara es contemporánea de la aparición de los monstruos en la producción de Carriès. Ya que aunque el descubrimiento del arte japonés, sus máscaras del teatro nô y sus retratos de actores, originaron varios retratos en gres, no es su única fuente. Carriès estuvo también marcado por las figuras grotescas de la Edad Media que ornan los manuscritos y las catedrales. También se inspira de los escultores apasionados por la fisiognomía, como Messerschmidt, que han estudiado tanto las muecas del rostro humano como sus analogías con el mundo animal. A Carriès también le gusta mezclar el hombre y la bestia en su aspecto que parece estar realizando una metamorfosis y que, con sus ojos fijos, como la Medusa, amenazan al espectador de petrificarlo.
Apasionado por la técnica, Carriès está fascinado por los efectos coloreados que permiten las variaciones de tierra, de vidriado y de cocción de los greses. Para Máscara de horror utiliza un esmalte de un pardo claro con manchas verde bilis y rebabas rojizas. Este tratamiento de la superficie proporciona a la obra un aspecto todavía más angustioso y espectacular.