Nouvel Opéra, vue perspective
El concurso para la nueva ópera, lanzado en 1860 por Napoleón III, se ha convertido en mítico. Por primera vez desde hace casi veinte años, el estado se decidía en organizar un proceso, sobre la base de la competición, tras los consejos de Viollet-le-Duc. El feliz galardonado, tras dos vueltas de votación, fue un desconocido por aquel entonces, llamado Charles Garnier. Este concurso reconocido de “utilidad pública” tenía por objetivo sustituir la ópera ubicada en la calle de Le Peletier, juzgada exigua y de insuficiente seguridad, en términos de salidas y de accesos a las vías de circulación. ¡Generó 171 proyectos! El de Alphonse-Nicolas Crépinet, presentado conjuntamente con Alphonse Botrel, fue clasificado segundo y el arquitecto lo firmó de vuelta del jurado, para constituir un dibujo de referencia.
Este dibujo fue juzgado austero por la crítica, porque tal vez demasiado armonioso. En efecto, el edificio se abre al público con dos alineaciones de elegantes galerías, en un cuerpo convexo; dicho público entra por una parte saliente realzada por un doble frontón cimbrado. La segunda parte del edificio, muy bien indicada por el dibujo en perspectiva, adopta una forma rectangular para ubicar el escenario y la sala, mientras que la última parte dedicada a los espacios teatrales, poco visible en el dibujo, reutiliza una forma curva, de tamaño inferior. Las referencias proceden una vez más de la antigüedad clásica (columnas, arcos, frontón) y de la arquitectura italiana (logia, ventanales coronados por un frontón, grupos esculpidos). Crépinet acababa de participar el año anterior al concurso para el mausoleo de Napoleón I; después trabajará en el proyecto de la Ópera cómica.
