Une loge aux Italiens
Eva Gonzalès
(1847 -
1883)
El tema de la sala de espectáculo y en particular del palco, lugar habitual de los intercambios mundanos, ha sido a menudo tratado por los impresionistas. En este ámbito, la obra más famosa es sin duda El Palco (Londres, Courtauld Institute Galleries) que Renoir envió a la primera exposición impresionista de 1874. La de Eva Gonzalès fue pintada en la misma época y hubiera sido, en su primera versión, primero rechazada en el Salón de 1874 antes de ser mostrada, tras cambios, en el de 1879 y de ser acogida favorablemente.
La joven pintora se proclama ella misma alumna de Manet quien le asesora amistosamente. Esta filiación se puede reconocer fácilmente tanto por la elección de un tema "moderno", como por los contrastes acusados que realzan en un fondo oscuro el resplandor de las carnes y de los tejidos claros. El ramo colocado en la repisa del palco es casi una cita del maestro y recuerda aquel ofrecido a Olympia. Incluso se han preguntado si Manet no había participado directamente en el diseño del cuadro, ya que existe una versión en pastel de su mano que se quedó en estado de boceto. La extraña lejanía de las figuras – plasmadas por el marido de la artista, Henri Guérard, y su hermana, Jeanne Gonzalès – evoca también la opción de Manet de no dar nunca al espectador una interpretación explícita de un tema, evitando de este modo los escollos de la anécdota y de un sentimentalismo fácil.
La joven pintora se proclama ella misma alumna de Manet quien le asesora amistosamente. Esta filiación se puede reconocer fácilmente tanto por la elección de un tema "moderno", como por los contrastes acusados que realzan en un fondo oscuro el resplandor de las carnes y de los tejidos claros. El ramo colocado en la repisa del palco es casi una cita del maestro y recuerda aquel ofrecido a Olympia. Incluso se han preguntado si Manet no había participado directamente en el diseño del cuadro, ya que existe una versión en pastel de su mano que se quedó en estado de boceto. La extraña lejanía de las figuras – plasmadas por el marido de la artista, Henri Guérard, y su hermana, Jeanne Gonzalès – evoca también la opción de Manet de no dar nunca al espectador una interpretación explícita de un tema, evitando de este modo los escollos de la anécdota y de un sentimentalismo fácil.
Artwork not currently exhibited in the museum