Vase à décor de paysage lacustre
El perfeccionamiento y la plenitud de las técnicas del esmalte artístico han preocupado constantemente a los orfebres y a los joyeros de la segunda mitad del siglo XIX.
Eugène Feuillâtre, que dirigió el taller de esmaltería de Lalique, antes de abrir su propio taller en 1897, hizo una especialidad del esmalte sobre plata. La dilatación del metal y sus reacciones a los colorantes dificultan esta técnica. Pero permitió a Feuillâtre obtener las tonalidades difuminadas, lechosas y nacaradas, muy reconocibles en sus obras.
Esmaltes alveolados "cloisonnés" y esmaltes pintados ornan el Jarrón decorado con paisaje lacustre, ejecutado hacia 1901. Su forma muy sencilla, de base ancha y que se estrecha suavemente yendo hacia la boca, propicia los reflejos de los esmaltes en la panza. El agua turquesa se ilumina bajo la luz plateada de la luna. El cielo de noche clara, con horizonte amarillo pálido, está bordeado de árboles azul oscuro. Esta decoración sugiere "la poesía crepuscular de un lago a penas turbado por la presencia de cisnes blancos", según la descripción de un jarrón pequeño de mismo motivo, mostrado en 1901.
Es cierto que los paisajes acuáticos tan solo pueden tentar a un esmaltador. Los reflejos y las transparencias son para él tanto un reto como una inspiración. El tema del agua se encuentra además en otras obras de Feuillâtre. Entre estas, un jarrón Ophélie, presentado en la Exposición Universal de 1900, ya descansa encima de pies en forma de nenúfares.
El uso por Feuillâtre de la plata, para los colores fríos del agua, ilustra su capacidad para elegir un material, según el efecto buscado. Forma parte de estos hombres cuyo talento ha permitido una verdadera apoteosis del esmalte artístico hacia 1900.
