Vase d'ornement
El arte del esmalte renace, en toda su diversidad, con el apogeo del Segundo Imperio. El ornamento policromo, omnipresente en las artes industriales, encuentra en él su perfecta expresión, inspirándose ya sea de fuentes históricas o bien exóticas.
Los primeros ensayos de la casa Barbedienne, en este ámbito, parecen remontarse a 1858. Cuatro años más tarde, en la Exposición Universal de Londres, los objetos de arte incrustados de esmaltes presentados en el estand de Barbedienne causan sensación. Este atrevido jarrón cuya superficie está casi totalmente cubierta por el esmalte constituye su mejor ejemplo. Forma pareja junto a otro jarrón muy similar, también conservado en el museo de Orsay.
Impropiamente calificados en la época de esmaltes opacos alveolados aflorados, "cloisonnés affleurés", a la manera de los "antiguos", estos esmaltes están en realidad más cerca de un aspecto de los ejemplos de champlevés medievales. La innovación técnica consiste en obtener directamente, cuando se funde, la red de los alvéolos, cuyo dibujo ofrece de este modo una nitidez y una regularidad irreprochables. La composición, de "estilo bizantino", se debe a Constant Sévin, escultor y ornamentista, principal colaborador de Barbedienne, de 1855 a 1888.