Victor Hugo dans le rocher des Proscrits

Charles Hugo
Victor Hugo dans le rocher des Proscrits
vers 1853
épreuve sur papier salé d'après un négatif sur verre au collodion
H. 10,3 ; L. 6,3 cm.
Don Mme Marie-Thérèse et André Jammes, 1984
© Musée d’Orsay, Dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt
Charles Hugo (1826 - 1871)
Artwork not currently exhibited in the museum
De 1852 a 1855, Victor Hugo, en su exilio en Jersey, se apasiona por la fotografía. Llegado a la isla anglosajona el 5 de agosto de 1852, el escritor necesita romper su aislamiento, prodigando su imagen en mismo tiempo que su voz. Los Hugo instalan entonces, en la propiedad de Marine Terrace donde viven, lo que llamamos el "taller fotográfico de Jersey". Pese a que el propio Victor Hugo no haya nunca utilizado este término, su empleo se justifica por el muy alto número de revelados realizados a partir de cuatro cientos clichés. Retratos y paisajes están destinados a ilustrar una publicación que al final nunca verá la luz, debido a la censura por la acumulación del autor de textos contra "Napoleón el Pequeño".
Pese a haber practicado solo la fotografía por mediación de otras personas, sus hijos Charles o François-Victor o su fiel amigo Auguste Vacquerie, el escritor realiza la obra de su puesta en escena. Él mismo se encargó de dirigir todas las sesiones de tomas de vista con su hijo Charles. Hugo envió además a un corresponsal una imagen que le representaba, sentado encima de la roca de los Proscritos con este comentario: "Usted quiere mi retrato. Aquí lo tiene, hecho por mí. Seguiré proscrito, queriendo seguir en pie".
El entusiasmo de Hugo por la fotografía demuestra su sensibilidad al progreso, anticipando lo que esta nueva técnica podía proporcionar a la historia y al arte. Incluso declara al editor Pierre-Jules Hetzel: "De modo que (mientras tanto) queremos hacer la revolución fotográfica."
Fue también su propia leyenda la que se aplicó en construir Victor Hugo. Desea dejar para la posteridad el testimonio de un momento en el que su destino se inscribe en la historia, dando cuerpo a esta frase de su esposa, contada por Adèle Hugo en su Diario: "Mira, hija mía, a ti que te quedan muchos años por delante, mira a tu padre. Mira a Victor Hugo y recuerda siempre que le vistes en esta roca, mirando a Francia y proscrito".
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